Construyendo el nuevo orden nota 7

El 4 de julio se ha celebrado la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), a la cual se ha incorporado Irán (noticia aquí, y aquí). Empiezan a llamar a esa organización la OTAN del este, liderada por China. Se están gestando las nuevas instituciones globales.

Una pantalla gigante retransmite la intervención de Xi Jinping en la cumbre del OCS en Beijing. Tingshu Wang Reuters

Es muy recomendable leer el segundo de los links que he aportado arriba. Es de Sputnikglobe, y da la visión desde el bloque chino (casi un reto).

Nos cuentan las cosas como si Ucrania fuese un país idílico al que la malvada Rusia ha decidido atacar. Y que todos tenemos que ayudar a ese país idílico.

Pero la situación en Ucrania no es tan perfecta. Tiene problemas tan graves de corrupción (en mitad de la Guerra) como para haber tenido que detener al presidente del tribunal supremo por sobornos multimillonarios (noticia aquí). ¿Es seguro que queremos apoyar eso al coste de la paz mundial?

Tanto la ultraizquierda occidental, como la ultraderecha, hace tiempo que apoyan acabar con la Guerra (curioso que coincidan en eso), dejando que Rusia “gane algo”. Lo que es nuevo es que la izquierda moderada (si se puede llamar así a los demócratas americanos) también lo apoye, aunque suavemente, como se puede ver aquí, y aquí Parece que se está preparando el escenario.

La importancia de la demografía.

Todos lo sabemos, aunque pocas veces descendemos a pensar en ello: la demografía es una de las bases de casi todo (otra es el cambio climático).

Lo que ocurre es que, como sus cambios son muy lentos, no les solemos prestar atención.

En esta nota voy a intentar ver cómo afecta la demografía al nuevo orden mundial que se está instaurando.

La población de una zona (o país, o continente, …) no cambia de un día para otro, salvo bomba o accidente nuclear, como fue el caso de Chernobil; o desastre natural, como en el caso de la antigua Pompeya.

Sin embargo, sus cambios, lentos pero constantes, acaban afectando a toda la estructura social, por supuesto incluyendo a la economía y a la política.

Da igual que hablemos de estructuras pequeñas, como podría ser el caso de una familia, o de otras grandes, como un país. Siempre hay que hacer las mismas preguntas:

¿A cuántas personas hay que mantener con una vida lo mejor posible en esta estructura, dados los recursos disponibles? y

¿Qué edades y capacitaciones tiene ese grupo de personas?

Con las respuestas a esas preguntas, y si los que están tomando las decisiones tienen buen criterio, se puede organizar esa estructura para afrontar la situación de hoy.

Lo más probable es que las decisiones que se hayan tomado impliquen compromisos o inversiones de largo plazo, que se suelen hacer pensando que el mundo de mañana va a ser igual al de hoy (gran error).

Lo correcto sería hacerse otras preguntas más antes de tomar las decisiones. Son las del futuro previsible:

¿Va a cambiar la cantidad de personas en el grupo en el futuro?

¿Y los recursos disponibles?

¿Y las edades y capacitaciones de esas personas?

Eso es investigar la demografía previsible.

Así como lo de los “recursos disponibles” conlleva investigar la economía (muy relacionada con la demografía), las condiciones medioambientales, las agrícolas, y las mineras.

Si se toman decisiones sobre compromisos o inversiones de largo plazo sin prestar atención a cómo van a ser las circunstancias en ese largo plazo, nos podemos encontrar con serias incongruencias.

Por poner un ejemplo, simple, pero descriptivo, pensemos en una familia donde los hijos están a punto de emanciparse. Los padres, pensando que tienen más dinero disponible, y que les hace ilusión, se compran una casa muy grande. La casa tiene varias plantas (con escaleras). Está situada en un lugar que les gusta a los padres, pero que lleva tiempo empobreciéndose (perdiendo demografía). Por tanto, perdiendo servicios, lo que significa perdiendo valor. Además, los hijos, al emanciparse, se han tenido que ir a vivir lejos, por causa de sus circunstancias.

En el caso de esa familia, lo más probable es que, con la edad, acaben teniendo problemas de movilidad que les haga incómodo vivir en esa casa (por las escaleras, por ejemplo). Además, por la pérdida de servicios de la zona, tendrán cada vez más lejos (y difícil para ellos, por la movilidad perdida) el médico, los comercios y el ocio. Y, por la evolución de precios en la zona, cuando tengan que vender la casa, lo harán perdiendo bastante dinero.

Es decir, aquella decisión no resultó acertada al no contemplar las condiciones del futuro.

He puesto el ejemplo de una familia por lo fácil de entender para todos. De hecho, la mayoría de la gente no tomaría esa decisión, al resultarle evidentes los riesgos.

El caso es que en las estructuras grandes (países) ocurre lo mismo, pero pocas veces recordamos la importancia de la demografía para la toma de decisiones.

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Los bloques de países del nuevo orden mundial.

Ya sabemos que vamos hacia un mundo dividido en dos grandes bloques de países (uno liderado por China, y otro por USA).

Resulta muy relevante ver la demografía previsible en esos bloques. Con ello, tendremos datos sobre la importancia futura de cada bloque.

Como he dicho en notas anteriores (aquí, y aquí), aún no está completamente definido qué país se va a adherir a cada bloque (ni con qué grado de adhesión), pero sí hay un indicador de sus proximidades en las votaciones que se hicieron en la ONU sobre la situación Rusia-Ucrania los días 7 de abril de 2022, y 23 de febrero de 2023.

En aquellas notas hice un análisis que se resume en que parece que los países más cercanos a USA no alcanzan la mitad de la población mundial, pero sí superan el 65 % del PIB (GDP) mundial.

En cuanto a población, la situación actual es la que se ve abajo, con más de la mitad de la población mundial en el círculo rojo, que son países del bloque chino.

En cuanto a la situación futura, resalto lo siguiente:

Se trata de un gráfico muy visual (gracias por el dato, Jose Manuel). Recomiendo entrar en la WEB original, donde se pueden consultar los datos en distintos formatos (aquí).

El gráfico no se refiere a los bloques de países, sino a continentes, pero no es difícil extrapolar algunas conclusiones:

En cuanto a población, el bloque que venimos llamando “Occidente”, ya hoy no supera el 50 % mundial, pero en el futuro va a bajar hasta casi el 20 %.

Eso significa que, en el futuro, si los países del bloque chino consiguen un PIB per capita de la cuarta parte del de Occidente, tendrán un PIB total del mismo tamaño que Occidente (hoy, todavía está lejos esa posibilidad).

Occidente ya ha alcanzado sus máximos de población. China está a punto de hacerlo. Sin embargo, Africa está en fuerte crecimiento.

El poder de Africa también crecerá mucho. Máxime recordando que es un continente muy rico en recursos, de los que hay carencia en todas partes.

También es interesante ver los gráficos que aportan los de VisualCapitalist (detalle aquí). Se observa que:

Excepto en Africa, en todas partes hay descenso de la natalidad.

La cantidad de población en edad laboral, hoy, y en los próximos 20 años: está en crecimiento en India y en Africa; tiene malas previsiones en Europa y Japón; y una situación no perfecta, pero no tan mala, en USA y China.

Por los avances de la medicina, y de las políticas sociales, en todas partes está subiendo la edad media de vida. Lo que significa que los gobiernos (o las familias) tienen que encontrar la forma de poder mantener a más personas durante más años tras su jubilación.

El esquema Ponzi de las pensiones.

Se llama esquema Ponzi a un tipo de estafa piramidal en el que los cobros de los antiguos clientes dependen de que entren nuevos clientes en el sistema (no de la rentabilidad del dinero de los antiguos clientes). Con el dinero de los nuevos clientes se paga a los antiguos, y … ya se verá si los nuevos clientes llegan a poder cobrar. Ese fue, entre otros muchos, el caso por el que el financiero Madoff acabó en la cárcel.

El esquema Ponzi es un delito, y ningún privado puede hacer esas ofertas.

Sin embargo, son muchos los países que aplican esquemas Ponzi, sin que nadie vaya a la cárcel por ello. Es el caso del pago de las pensiones de jubilación por el sistema de reparto.

Se discute mucho si las pensiones por jubilación se deben pagar bajo un sistema de capitalización (cada persona cobra lo que ahorró), o uno de reparto (el gobierno paga a todos, con alguna diferencia, independientemente de lo que ahorraron). También hay muchas situaciones híbridas entre esos sistemas, pero ambos definen los extremos.

España es uno de los muchos países que funcionan con el sistema de reparto. Las pensiones se pagan con los impuestos de los que hoy no están jubilados.

Si miramos la pirámide de población de España, es claro que la generación del baby boom se está empezando a jubilar; y que cada vez hay menos nacimientos. Dentro de pocos años será muy difícil que la población en edad de trabajar pueda mantener a tantos jubilados, menos aún si muchos de esos trabajadores tienen sueldos muy bajos.

Para entender cómo han evolucionado en España los cambios demográficos, es muy interesante pinchar en el “gráfico animado” de éste link.

Este problema de envejecimiento de la población es generalizado, aunque en cada país con sus peculiaridades. Se ve bien aquí:

El resumen es que en 2022 el 10 % de la población mundial tenía mas de 65 años, y en 2100 se prevé que sea un 25 %.

Es decir, esquema Ponzi garantizado.

Problemas y posibles soluciones.

Con lo expuesto arriba he tratado de dejar claro que:

Los problemas demográficos en los países del bloque chino son distintos a los de Occidente (ellos crecen en población, y Occidente no).

Los problemas de tener menos población en edad laboral, y más población jubilada, son comunes a todos los países, con la excepción de Africa.

El que estas situaciones resulten ser un problema tiene su causa en la forma que se ha organizado la sociedad desde siempre: las necesidades de todos los habitantes (los que trabajan y los que no lo hacen) se cubren con el trabajo de los que están en edad laboral. El resto de población recibe sus ingresos, bien de ayudas de sus familiares, o bien por impuestos repartidos (que el gobierno cobró a los que sí trabajan).

Y, resulta evidente que, si con el trabajo de las mismas personas (o, peor aún, de menos personas) se tienen que cubrir las necesidades de más personas, las cosas no funcionan. Y esto es así independientemente de si se trata de sistemas sociales capitalistas, comunistas, feudales, …

Lo único positivo es que el cambio demográfico es gradual, y hay algo de tiempo para preparar las soluciones.

Ante esta situación, cada país debe adoptar su estrategia, y ninguna es fácil.

La solución utópica – IA.

Sería perfecto si todo el trabajo (o casi todo) lo hiciesen las máquinas y la inteligencia artificial, y que el gobierno repartiese dinero (como regalo, como la paga de los niños) a todas las personas para que pudiesen comprar lo que necesitasen.

Pero, ni la técnica de robótica y de IA está todavía cerca de poder hacer eso, ni es muy esperable que esos gobiernos no sucumbiesen a las debilidades humanas e hicieran todo tipo de trampas en el reparto de esos “regalos”.

Así que esta solución queda descartada, al menos por un largo tiempo.

La solución por productividad.

Es casi tan utópica como la anterior, pero un poco menos.

Si se consiguiesen avances técnicos, y de formación de los trabajadores, de forma que su productividad aumentase más rápido de lo que aumenta y envejece la población no activa, podría llegarse a la situación en que, con menos trabajadores, se consiguiesen los ingresos (e impuestos) suficientes para pagar la vida de todos.

Desde luego, hay que hacer todo lo posible por favorecer esta solución, pero hay que tener pocas esperanzas de que se consiga la perfección tan sólo con ella.

Ante esta solución, alguien puede decir que eso elevaría el desempleo, por necesitarse menos trabajadores. Pero (excepto en Africa) tenemos la suerte de que va a haber menos gente en edad laboral, así que es posible que las cuentas encajen y no se genere desempleo (recuerdo aquí que el caso de España es especial, por ser casi el único país de Occidente con desempleo elevado).

La solución de “edades”.

Si no hay otra forma de producir todo lo que la sociedad necesita para atender a todos con los trabajadores actuales, una solución sería empezar la vida laboral antes y terminarla más tarde. Es decir, trabajar más años.

Esto tendría mucho rechazo social (lógico, por aquello de renunciar a conquistas), pero tal vez haya que estudiarlo.

Hago el comentario de que esta solución sería mucho más fácil de aplicar en los países no democráticos, donde se impone la voluntad del líder sin preguntar, y sin aceptar quejas. En eso tiene ventaja el bloque chino.

La solución de mínimos.

Si no se consigue otra solución, siempre existe la de vivir todos cada día un poco peor, y repartir menos ingresos entre más gente.

No es nada deseable, pero es casi seguro que en más de un lugar habrá que aplicarla, como ha ocurrido mil veces en la historia.>

La solución de “competencia laboral”.

Sería el caso de los países que fomenten la inmigración de personas en edad laboral, para cubrir sus necesidades de producir lo suficiente para mantener a la población.

Si el país consigue los suficientes inmigrantes trabajadores para compensar su exceso de población fuera de edad laboral, le puede funcionar.

Ahora bien, como el problema es casi mundial, el país que consiga esta solución lo hará empeorando la posición de otros países. Será una situación de competencia. Algo así como una subasta mundial de trabajadores, en la que gana el país que más ofrece.

Esto puede tener un cierto encaje con la solución anterior (la de mínimos). Ocurriría si el país que haya aceptado (por no tener más remedio) la solución de mínimos, a su vez acepta “subastar” sus masas laborales a otros países con la condición de que los que emigren envíen a su país de origen, a sus familias, parte de su sueldo. Lo cierto es que con una pequeña parte del sueldo en un país próspero se puede pagar una calidad de vida razonable a su familia en un país pobre.

En realidad, esto, de una forma desorganizada, ha ocurrido muchas veces en la historia, y sigue ocurriendo hoy. Es lo que pasó en la España rural a mediados de siglo XX, o lo que ocurre en Perú hoy.

Eso sí, para el país receptor tiene el peligro de que un exceso de habitantes inmigrantes, procedentes de otra cultura, y siendo precisamente los “habitantes productores”, puede generar grandes choques culturales. Es el ejemplo de Francia hace unos días.

La solución por natalidad.

Para arreglar la falta de jóvenes en edad laboral, alguien puede pensar en incentivar que las mujeres tengan más de seis hijos cada una.

Aunque consiguieran convencerlas, esos niños tardarían veinte años en llegar a la edad laboral.

Por eso, esta solución no es válida ni para el corto, ni para el medio plazo.

Hay que descartarla.

La solución horrorosa.

Resulta muy duro el mero hecho de citarla, pero alguien puede acabar llegando a la conclusión de que, si no se puede hacer crecer la población activa, hay que hacer decrecer la inactiva: adelantar la muerte de los ancianos.

Sería el genocidio por edad.

Por desgracia, la historia nos dice que los genocidios se han organizado más de una vez.

Respecto a esto, digo que deseo que no haya sido algo premeditado, pero es sospechoso que el Covid haya ocurrido en estas épocas, cuando el mundo se enfrenta a estas situaciones, y cuando la consecuencia final de la pandemia ha sido la muerte prematura de muchos mayores.

El cambio climático también afecta.

Adicionalmente a todos los problemas demográficos expuestos, hay que tener en cuenta que, por causa del cambio climático, es un hecho que hay zonas que se están desertizando, que están perdiendo su capacidad de soportar cultivos, la de garantizar el suministro de agua y, en definitiva, la de ser habitables.

Eso va a obligar a planear migraciones, que es algo mucho mejor que dejar que ocurran de forma desorganizada. Pero que, por muy bien planificado que esté, es garantía de conflictos.

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En resumen: más nos vale ser conscientes de que el problema demográfico es serio. Lento, pero muy serio. Y que, precisamente por ser lento, nos ofrece un tiempo que no debemos desperdiciar.

Además, hay que tener en cuenta que el bloque de países chino tiene algo más fácil afrontar la situación que el occidental.

Mis conclusiones personales son:

En cuanto a la guerra entre bloques de países, los menos de 2.000 millones de habitantes de occidente no pueden ganar una guerra contra los más de 6.000 millones del bloque chino. Mucho menos si la guerra es en sus territorios. Eso sería como una guerra de guerrillas, o una de resistencia. Algo así como Vietnam. Occidente lo tendría perdido antes de empezar.

La guerra convencional (aunque sea mundial) no es solución lógica. Esas guerras matan a los jóvenes (los soldados), que es la población imprescindible para trabajar, pagar impuestos, y sostener a los mayores. Se trata, hoy en día, de la población esencial. Matarles en la Guerra, empeoraría la situación de todos.

Para vigilar las fuerzas de cada bloque de países, hay que mirar el crecimiento de PIB (GDP) de cada país, pero hay que restarle el crecimiento de población del país. Los que tengan ese “incremento de PIB corregido” superior al resto, mejorarán su posición, el resto no lo harán.

Hay que mirar mucho las soluciones que cada país aplica para afrontar el problema de su población en edad laboral. Los que lo hagan bien, tendrán más posibilidades que los que lo hagan mal (o tarde).

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Lecturas que me han interesado.

En el proceso de escribir esta nota me he encontrado con los siguientes asuntos que me han llamado la atención. No están relacionados con lo tratado en esta nota, pero recomiendo verlos.

Blackrock piensa que los bancos centrales no rescatarán a Occidente cuando llegue la recesión (noticia aquí). Si eso ocurre, el problema será muy grande en Occidente (no tanto en el bloque chino).

Los problemas de disturbios en Francia han subido de escala. Se pueden convertir en problemas de estabilidad social. Y pueden extenderse a otros lugares de Occidente. La causa está en la capacidad de integrar socialmente a inmigrantes de otras culturas (noticia aquí). Mucha atención, se trata de algo muy serio (gracias, Victor, por avisarme).

Mi amigo Jose Manuel me ha hecho ver una curiosidad de adaptación de la sociedad a los cambios climáticos con los avances tecnológicos. Es algo antiguo, pero interesante. La erupción del volcán Tambora en 1815 creó un cambio climático que generó la muerte de muchos caballos. No es casualidad que se inventó el precursor de la bicicleta en esas fechas (noticia aquí, y aquí).

Hasta aquí llego por hoy. Creo que dedicaré la siguiente nota a las fuentes de energía. Eso sí, como otras veces, las circunstancias me pueden llevar por otros caminos,

Como siempre, agradezco comentarios en mi email: pgonzalez@ie3.org