Pensando en la Guerra de Ucrania

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay tratando de entender las consecuencias de la Guerra.

Nota 1 – Guerra

5 marzo 2022

Ha empezado la Guerra (lo pongo con mayúsculas porque, por desgracia, tiene toda la pinta de requerirlo).

La Guerra no es mundial aún, pero la forma en que se están involucrando y se están viendo afectados tantos países hace que pueda llegar a serlo.

¡Un horror!

Eso sí, aunque no llegase a ser mundial, sus efectos sí lo serán, como intentaré desarrollar. Esto es de otra escala que las de Afganistán, Iraq, … 

Los amigos que me seguís (gracias) sabéis que me gusta pensar escribiendo y compartiendo mis escritos. Es una fórmula para abrir debate e intentar entender entre todos lo que pasará. Así, si lo hacemos bien, podremos tener una opinión del futuro probable, e información para tomar nuestras decisiones personales de actuación. Por eso empiezo con estas notas.

También sabéis que hice lo mismo durante el primer confinamiento por el Covid. De hecho, se acabó convirtiendo en un libro (Pensando 2020). Y,… me resultó útil para no desorientarme demasiado en ese momento.

Antes de empezar estas notas sobre la Guerra, me he releído aquel libro. No me resisto a copiar aquí extractos de lo que ponía en sus últimas páginas (escritas el 22 de mayo de 2020), porque creo que vienen muy a cuento:

  • “Son claras las señales de que el “orden vigente” se desmorona”.


    “Se acaba el prólogo.

    “Con este título quiero decir que el “alivio del confinamiento” es algo que mucha gente ve como la cercanía del final, pero yo lo veo como el final del principio”.

    “Para todo lo que está por venir (ya he dicho que es uno de los cambios más grandes en la estructura social de la historia) era imprescindible preparar la psicología de las masas. Sin esas masas preparadas, no funciona ningún cambio”.

    “La primera etapa de ese cambio de psicología de masas era “meterles miedo”, recordarles su vulnerabilidad, algo que se ha conseguido con el confinamiento, y con la amenaza invisible del virus”.

    “La segunda etapa era aborregarles (más de lo habitual, que ya era mucho). Hacer que acepten las ideas de los iluminados ante amenazas que superan a las masas. Para ello ha sido muy útil mezclar el miedo al virus con el miedo a su economía. La gente con miedo, y con desconocimiento, está más preparada para aceptar lo que diga el “nuevo líder”, aunque signifique grandes cambios en su estilo de vida y en sus convicciones.

    ……

    “Por eso digo que se acaba el prólogo. Ahora, con las masas adoctrinadas en la importancia de la obediencia, y en el miedo, con los líderes llenos de atribuciones, y con los “culpables” libres de carga, es cuando empieza el cambio”.

    ……

    “También sé que ninguna idea, aunque sea buena, puede funcionar antes de que le llegue su tiempo. Y ese tiempo llega en función de la psicología de masas. Es decir, sea la idea que sea, el tiempo ha llegado”.

    “El virus ha sido muy eficaz en preparar la psicología de las masas para el cambio”.

     ………

    “Tras el fin del confinamiento van a empezar las revueltas callejeras, el hambre de los perjudicados, las tensiones sociales, las autocracias de nuestros líderes, … En definitiva, terreno abonado para el mesianismo y la anulación de muchos dogmas establecidos”.

Por desgracia, parece que la fórmula elegida para terminar lo iniciado con el virus e implantar el nuevo orden mundial es la Guerra.

Eso es lo malo. ¡Malísimo!.

Por ver algo positivo, lo bueno es que cuando termine la Guerra empezará el nuevo ciclo de onda larga (unos 80 años, según Kondratiev, de quien ya hablé en el libro del Covid). Y que, aunque con un orden distinto, los primeros 40 años de ese ciclo serán de prosperidad (empezando desde las ruinas dejadas por la Guerra). Por cierto, me ha hecho mucha ilusión ver que alguien tan informado e ilustrado como Ray Dalio habla de algo muy parecido a esto en su último libro. 

La traca final.

Por si hay algún lector no español, aclaro que nosotros llamamos “traca final” a la última etapa (intensa pero breve) de un espectáculo de fuegos artificiales, donde aumenta la cantidad de cohetes y el volumen, que luego acaba con la vuelta al silencio y el fin del espectáculo.

Creo que esta Guerra es la traca final de lo iniciado con el Covid, y que cerrará la etapa iniciada tras WWII en 1945.

Adelanto, pero lo intentaré desarrollar más adelante, que lo probable es que, tras la Guerra, tengamos un nuevo Breton Woods (con otras monedas, o estructuras monetarias), así como un nuevo “telón de acero” para separar unos nuevos bloques de países, y una nueva Conferencia de Yalta.

Como he dicho que considero que el Covid y la Guerra están muy relacionados, pienso que hay que estudiar sus efectos sociales y económicos en conjunto. Lo intentaré hacer a lo largo de estas notas. Me refiero a ver qué países quedarán en cada uno de los nuevos bloques (bloques que, a pesar de lo que parece ahora con la Guerra, no serán los de USA y Rusia, sino los de USA y China); a cómo afectará a la estructura de clase sociales en cada bloque; a cómo se reorganizarán las cadenas de suministro; a qué pasará con la inflación, con la pérdida de GDP (PIB), con la caída de las bolsas, …

Precisamente por eso de estudiar en conjunto el Covid y la Guerra, si llevo razón (que no lo puedo saber con seguridad), estamos ya en el tercer año de Guerra. Eso significa que estamos más cerca del final de lo que parece.

Es claro que las guerras acaban cuando uno de los bandos ya no puede aguantar más económicamente, o cuando quien no aguanta más sufrimiento es el pueblo de uno de los bandos (que acaba deponiendo, o incluso asesinando a su gobierno para que termine la guerra). Por eso, es esa capacidad económica, y de sufrimiento, la que hay que analizar para intentar saber lo cerca que podemos estar del final.

Adelanto también (lo intentaré desarrollar más adelante) que tengo la impresión de que hay varios indicadores en los que el conjunto Covid-Guerra ya está muy cerca de poder compararse con los de WWII.

Es decir, si esos datos se confirman, puede que la Guerra sea horrorosa, pero no muy larga. Por eso digo lo de “traca final”.

Hago aquí el comentario de que, el que yo considere Covid y Guerra como un conjunto, no significa que afirme que el Covid fue provocado con esa intención. Sé que hay muchos que así lo piensan, incluso puede ser cierto, pero no tengo datos para decirlo. En realidad, no importa. Provocado o casual, los efectos son los mismos.

El objeto de la Guerra.

Todas las guerras tienen un objetivo principal. Es el cambio de poder. Algo tan simple como: “quítate tú, que aquí (o en esto) mando yo”. 

También, todas las guerras tienen unos costes. Se suelen medir en muertos y en daños a la economía. Es decir, en la capacidad de sostener la guerra. Es lo de “a ver quien aguanta más”, o por dinero, o por presión del pueblo.

En cualquier guerra se suele decir que la primera víctima es la verdad. Me refiero a lo que se divulga en los medios de información y en las redes. Por eso hay que tomar con mucha cautela toda la información que nos llega. Va a ser difícil discernir.

Nos dicen que la causa de esta Guerra es porque Occidente estaba presionando a Rusia tratando de instalarse en Ucrania (es la versión rusa), o que Putin se ha vuelto loco imperialista (la versión occidental).

Yo creo que la cosa es más simple, pero no les conviene contarla. Llevamos años en una transición lenta a un cambio de estructura geopolítica. Los antiguos países desarrollados están en declive. Su porcentaje del GDP mundial está bajando, y su deuda está subiendo. USA ya no es el líder indiscutible, ni la policía del mundo. Le pasa lo inverso a los antiguos países pobres, hoy liderados por China.

Parece claro que la futura organización geopolítica estará basada en dos bloques de países, con dos líderes (USA y China). Y que la comunicación y comercio entre esos bloques existirá, pero será mucho menor que la que había antes de la Guerra.

Dentro de esos dos bloques, yo creo que Rusia es el socio (minoritario, pero relevante) de China, y la UE es lo mismo para USA.

En estas condiciones, y dado que el Covid había dañado mucho la economía, y la moral de los ciudadanos, me parece que Rusia ha visto un momento adecuado para dar un golpe al bloque occidental. Ha pensado que Occidente no tendría ánimo ni dinero suficiente para responder, dado que eso significaría darle más sufrimiento a la población y más problemas a la economía (inflación, cadenas de suministros, …). Rusia ha pensado que Occidente se molestaría menos si el golpe lo daban en un lugar no tan incorporado a su bloque (Ucrania), Un lugar en el que se viene peleando hace tiempo por decidir a qué bloque se incorpora.

Además, si le sale bien a Rusia (que no es lo que deseo), se apuntará un tanto con su “jefe” (China), a quien le dirá: “no te ha hecho falta mojarte, pero hemos quitado una parcela de poder al bloque USA, demostrando que están débiles y ya no pueden defender a todos los suyos, así que me tienes que dar un poco más de reconocimiento dentro del bloque Chino”.

Recuerdo que, por ahora, estoy hablando de qué es lo que ha motivado a Rusia para iniciar el ataque. Lo que puede pasar después lo veremos luego.

Ya he dicho que Rusia veía débil al bloque occidental y quería apuntarse una “medalla” ante su jefe Chino (al que no reconoce formalmente como jefe, pero sabe que es así).

También había visto Rusia una oportunidad para mejorar su posición en la estructura económica mundial. Lo cierto es que, antes del ataque, lo más importante de Rusia no era su ejército, ni sus fábricas, sino su posición de proveedor de petróleo, gas, cereales y minería. Con el control de Ucrania, esa posición mejora sensiblemente. En caso de éxito, eso le permite decirle al mundo que le necesitan y le deben tratar bien, ya sea a todo el mundo (si la geopolítica no cambia tras la Guerra), o al bloque Chino (si lo hace, que creo que es lo que pasará, y que habrá que ver cómo nos suministramos en el otro bloque si llega el caso).

Por ello, aunque sea una desgracia, inmoral, maquiavélica, y destructiva, lo cierto es que, desde el punto de vista ruso, el ataque tiene sentido. Sobre todo, si en el momento de atacar piensa que la resistencia de Ucrania va a ser pequeña, tanto por verse perdida, como por existir un porcentaje importante de ciudadanos ucranianos prorrusos.

Si a lo anterior le añadimos factores de la personalidad de Putin, las cosas casi caen por su propio peso. Educado en lo que para él era una gran URSS (a la que pertenecía Ucrania), y en la frialdad dura del KGB, donde solo importan los objetivos y no hay remilgos con los medios. Y ya en la etapa final de su vida, con suficientes ganas de poner su nombre en la historia como para asumir el riesgo de morir en el intento.

No obstante, aunque Putin lo viese interesante y casi fácil, cualquier persona inteligente tiene que tener un plan por si las previsiones fallan, y es casi seguro que Putin lo tendrá. Un plan posible es pedir ayuda a “papá” China. En ese caso, una guerra de China y Rusia contra Occidente es bastante probable que acabe ganándola China. Eso sí, en ese momento Rusia no se podrá poner la “medalla” ante China, y tendrá que aceptar ser su súbdito (en ese caso, China se habrá “comprado” el control de las materias primas). Otro plan posible es pegarse un tiro (como nos dicen que hizo Hitler) con la idea de “lo intenté y ya tengo la vida vivida, no me interesa vivir el resto en juicios con descrédito y muy probable muerte posterior”.

Desde luego, si la Guerra se queda sólo entre Rusia y Ucrania, y gana Rusia, aunque sólo sea por quedarse con una parte de Ucrania en los acuerdos de paz, quedará iniciada la nueva etapa de guerra fría entre los bloques USA-China, con la demostración de que el bloque USA está débil y ha tenido que ceder un poco, por lo que es posible que, en el futuro, le sigan quitando territorios. Muy posiblemente el siguiente sea Taiwan, ya que China habrá podido sacar información del ejemplo ucraniano, como utilizó Hitler de experimento la Guerra Civil española.

En definitiva, aunque no nos guste reconocerlo, y aunque tengamos muy olvidados esos métodos crueles, para Rusia tiene sentido haber iniciado esta Guerra. Nos ha visto débiles, se queda con el control de las materias primas, y se apunta una medalla ante China, además de ser el detonante del cambio de poder mundial, iniciándose la nueva guerra fría entre dos bloques, y dando al bloque Chino el control sobre energía fósil y cereales.

Otra cosa es lo que de verdad acabe pasando. Ya se sabe que las guerras se inician por alguna razón, pero pueden acabar de la forma más inesperada.

Datos sueltos.

Hay muchos datos sobre los que habrá que pensar y desarrollar argumentos. Lo intentaré en posteriores notas.

Pongo aquí algunos de esos datos que he encontrado estos días por distintos caminos, y que me han llamado la atención como posibles pistas para estudiar la forma en que pueden afectar al desarrollo de la Guerra. Eso sí, recuerdo que ya he dicho que la información en tiempos de Guerra hay que ponerla bajo sospecha, por si es falsa o interesada.

Son datos de materias muy distintas, y los pongo sin orden ninguno. Solo son eso: materia para pensar.

  • Ucrania es el tercer país que más cebada y colza exporta del mundo, el cuarto en cuanto a trigo y mijo, el quinto en girasol y el séptimo en soja. 
    Rusia es el primero en girasol, el segundo en trigo, y el cuarto en cebada y colza.
    También es importante la posición de los dos países en el mercado de fertilizantes.
    ¿Quién se va a quedar sin suministros?

  • En el 2 de marzo de 2022 los mayores incrementos de precios se registraron en el mercado del trigo, subiendo un 17,88%. Es el cuarto día consecutivo de subidas. 
  • Los fletes en el Báltico han subido un 1.600 %. El riesgo del transporte es grande.
  • Si la Guerra no acaba pronto, es muy posible que Ucrania no pueda sembrar su próxima cosecha, ni transportar la reciente. Casi seguro, habrá desabastecimientos.
  • Rusia es (lo era hasta ahora, ya veremos luego) la única economía importante del mundo con un balance equilibrado (en cuanto a déficit). Inicia la Guerra desde una posición económica buena.
  • Rusia podría vender sus materias primas a China, sin afectarle el bloqueo de SWIFT. Sólo con los ingresos del petróleo puede organizar su economía, lo que no significa que su población no sufra. Parece que puede aguantar bastante, por mucho que nos digan de las sanciones.
  • Tras las sanciones, los tipos de interés en Rusia se han puesto al 20 %. La bolsa de Moscú está cerrada, con previsión de caídas históricas. Aunque pueda aguantar, las sanciones sí le hacen algo de daño (¿suficiente?).
  • La deuda de USA ha pasado de 9,2 billones de dólares en diciembre de 2007 a 30 billones en febrero de 2022. De ellos, 1,1 billones están en poder de China. Inicia la Guerra desde una posición económica mala.
  • Suiza ha abandonado su histórica neutralidad. Por algo será. ¿Miedo a la estabilidad financiera?
  • Alemania necesita el gas ruso para la calefacción de sus habitantes, pero ha aceptado sumarse al bloque de las sanciones a Rusia. Parece que tiene un miedo suficiente como para poner en riesgo cosas serias.
  • Alemania ha aceptado no poner en servicio el gaseoducto ya construido Nordstream 2. Ese gaseoducto era directo de Rusia a Alemania sin pasar por Ucrania (va por el mar). Con él, Rusia se evitaba pagar peaje a Ucrania, que es por donde van los actuales gaseoductos. Si Rusia gana a Ucrania, le va a dar igual lo del peaje.
  • Alemania compró a Rusia, en 2020, más de 6.000 millones de dólares en petróleo, Y Holanda casi 9.500.
  • Alemania importó de Rusia, en 2020, 45.000 millones de dólares en el comercio total.
  • Parece que no hay barcos suficientes para sustituir las necesidades de gas de Europa si se cierra el suministro por gaseoductos. Independientemente del precio. El riesgo es más que serio.
  • China tiene dinero suficiente para pagar (y demanda para consumir) todo el petróleo, gas y minerales producidos por Rusia. Otra cosa es organizar su transporte al lugar adecuado.
  • Tras el bloqueo de Visa, Mastercard y Apple pay a Rusia, los ciudadanos están teniendo serias dificultades para gastar su dinero. Los bancos rusos están intentando adaptarse a las tarjetas de crédito de china.
  • El comercio entre China y Rusia lleva años disminuyendo su “dolarización”. Ha pasado del 90 % en 2015, a poco más del 40 % en 2020.
  • Por causa Covid, han muerto en USA más de 980.000 personas. En WWII murieron unos 400.000 norteamericanos, y en la guerra de secesión unos 600.000. Parece que en cuanto a muertos (sufrimiento del pueblo) no estamos lejos de no aguantar más.
  • Cotización SP 500:
    • Desde marzo de 1937, hasta 1943, bajó un 60 %, acercándose a la caída tras el crack del 29.

    • Desde octubre de 2007, hasta 17 meses después, bajó un 57 %. Hoy está en 4.328, cuando en 2007 llegó a 15.890.

  • GDP (PIB):
    • En 2008, USA tenía un GDP de 14,7 billones de dólares, y China lo tenía de 4,6.

    • En 2022, USA lo tiene de 24,3 y China de 18,8.

    • Es evidente que China avanza más rápido.


Lo que parece que Rusia no tenía previsto es la resistencia heroica de Ucrania, y la buena imagen mundial de su presidente. Pero eso lo iremos viendo en siguientes notas (si puedo escribirlas).

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