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Construyendo el nuevo orden

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay, tratando de entender como se construirá el nuevo mundo.

Nota 14

Conclusiones sobre materias primas


21 diciembre 2023



Ya sabéis que intento hacer cada nota independiente de la anterior, pero que tengo un hilo común: busco deducir cómo se va a organizar el nuevo orden mundial tras todo lo que está pasando.

Mi selección de contexto nuevo.

Desde hace tiempo, comienzo todas mis notas con este epígrafe de “contexto nuevo” en el que resumo lo ocurrido desde la anterior nota en cuanto a la evolución del nuevo orden. Mi selección de hoy es la siguiente:

  • Alemania tiene problemas para continuar financiando la Guerra de Ucrania, así como la transición energética. Su Tribunal Constitucional ha bloqueado la posibilidad de continuar utilizando fondos para ello como venían haciéndolo (noticia aquí).
Un grupo de personas disfrazadas

Descripción generada automáticamente con confianza media
  • Además, la Unión Europea también tiene dificultades para ayudar a Ucrania por causa de la posición de Hungría (noticia aquí).
  • Tampoco USA tiene fácil el seguir apoyando a Israel en su GUERRA de Gaza (noticia aquí). Aunque, eso sí, USA ha votado en la ONU en contra del alto el fuego en Gaza (noticia aquí). Es decir, están haciendo difíciles equilibrios.
  • Los bombardeos a barcos comerciales en el Mar Rojo han hecho que varias compañías navieras eviten el pasar por el Canal de Suez y prefieran dar la vuelta a Africa. Eso sube los costes del transporte, y el tiempo consumido. Es decir, mayores problemas de suministro de productos, y mayor inflación. Asunto serio (noticia aquí).

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COP 28- Dubai.

Se ha celebrado, en Dubai, la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático. En teoría, terminaba el pasado 12 de diciembre, pero se ha prorrogado otro día. 

Tras muchas discusiones, se ha conseguido un acuerdo sobre los objetivos para el futuro. Acuerdo que muchos critican como poco ambicioso, y otros ven como difícil de conseguir.

La discusión fundamental se ha centrado sobre un párrafo concreto. Unos países querían que se dijera, directamente, que hay un compromiso de acabar con las energías basadas en los combustibles fósiles. Evidentemente, los países petroleros (el organizador de la conferencia entre ellos) no accedían de forma fácil a ese compromiso. El acuerdo final ha quedado así (en inglés): 

  • “Transitioning away from fossil fuels in energy systems, in a just, orderly and equitable manner, accelerating action in this critical decade, so as to achieve net zero by 2050 in keeping with the science”

Que, traducido del inglés (y del lenguaje diplomático) se puede resumir como: abandonar los combustibles fósiles despacito y ordenadamente para buscar emisiones cero en 2050.

Se puede ver el texto completo del acuerdo final aquí

Es indicativo del esfuerzo económico necesario lo que dicen en los puntos 67 y 68 de ese acuerdo. Allí, con una exposición muy enrevesada, y llena de matices, acaban diciendo que harán falta inversiones de unos 5 trillones de dólares por año (trillones americanos, que son nuestros billones) hasta el año 2050 para poder alcanzar las cero emisiones en ese año. Y esas cifras son tan solo para los países en desarrollo. Por tanto, queda claro que la necesidad de fondos es inmensa.

También han hecho cálculos de las inversiones necesarias en Mc Kinsey. Ellos los estiman en 275 trillones hasta 2050 (noticia aquí). En el mismo informe, reconocen lo difícil de hacer estas estimaciones, y la gran variación de cifras para distintos países. Para hacernos una idea del tamaño de esas cifras, merece la pena recordar que se estima que el valor total de todos los edificios del mundo es de 380 trillones (dato aquí), es decir una cifra del mismo orden de magnitud.

Por otra parte, me ha llamado la atención el que el Papa de la Iglesia Católica haya participado en la conferencia. Ha dado un discurso (no presencial, por enfermedad), que se puede ver aquí, y del que resalto las siguientes frases:

  • “Los cambios climáticos muestran la necesidad de un cambio político. Salgamos del atolladero de los particularismos y nacionalismos, que son esquemas del pasado”. 

    “¡dejemos atrás las divisiones y unamos las fuerzas! Y, con la ayuda de Dios, salgamos de la noche de la guerra y de la devastación ambiental para transformar el futuro común en un amanecer luminoso. Gracias”.

Parece que la Iglesia Católica se apunta a impulsar este cambio energético.

Mi conclusión de todo esto es que, sin estar totalmente claro que sea necesario de verdad, hay un plan global para educar a los gobiernos y a la población de que vamos por ese camino (el de eliminar los combustibles fósiles). Y, aunque no todos los participantes tienen el mismo objetivo, la decisión está tomada. Las repercusiones en la economía serán muy grandes, y los riesgos y las oportunidades también lo serán.

*****

Conclusiones sobre materias primas escasas.

Tras lo dicho sobre la COP 28, continuó lo que vengo hablando sobre las materias primas para la transición energética. 

En esta nota finalizo mi humilde investigación, y acabo diciendo, al final, lo que creo que Occidente debe hacer para llegar al objetivo del cambio de modelo energético,

Como ya he dicho, estoy buscando los países que sería necesario “fichar” para el bloque de Occidente con el objetivo de que ese bloque sea autosuficiente en materias primas para la transición energética hacia las energías renovables.

Ya he estudiado el asunto de los coches eléctricos (nota 8), el de la energía solar fotovoltaica (nota 9), y el de la energía geotérmica (nota 13).

También, avisé en la nota 10 de que me había encontrado con un estudio realizado por IMDEA (noticia aquí) en el que abordaban el mismo tema. Lo hacen en cuanto a identificar los materiales escasos en el mundo para esa transición energética, no en cuanto a sus países de procedencia y su bloque de adscripción. También dije que me fío mucho de ese Instituto porque conozco su gran calidad técnica.

Por tanto, eso me ahorra trabajo, y os ahorra tiempo a los lectores.

La conclusión del estudio es que las materias primas escasas a nivel mundial para hacer la transición energética son: zinc, níquel, litio, cobalto, silicio y vanadio (me alegra saber que la mayoría ya las había identificado yo en mis notas previas).

Trato a continuación esas materias primas desde el punto de vista de su utilidad concreta, así como de los países que convendría “fichar” por Occidente para solucionar el problema de suministro.

Zinc.

El principal uso del zinc en las energías renovables es para “galvanizar” los aceros. Es decir, para hacerlos más duraderos ante la corrosión. 

Eso se hace en las estructuras soporte de los paneles solares (p.e.), lo que significa que es muy útil, pero no imprescindible, dado que se podría pensar en otro tipo de soportes.

También se usa el zinc en algunos tipos de baterías, lo que es más “inherente” a la energía.

Según Statista (aquí), se estima que las reservas mundiales totales de zinc ascienden a unos 210 millones de toneladas métricas. Debido al gran consumo de este metal, se espera que las reservas de zinc duren solo los próximos 16 años. Esto significa que conviene ir pensando en otros tipos de soportes para los paneles solares (asunto no tan difícil). 

También nos dice Statista en ese enlace que Australia es, con diferencia, el país de mayores reservas, seguido de China y Rusia. 

A la vista del gráfico, se puede resumir que las reservas están más o menos distribuidas a medias entre los previsibles bloques de países.

Eso sí, aunque se puede suponer que Australia pertenece al bloque de Occidente, hay que tener en cuenta que los acuerdos actualmente firmados dan mucho control del zinc australiano a compañías chinas, como se puede ver en ésta noticia.

Niquel.

Ya hablé del níquel en la nota 8, donde trataba el asunto de las baterías de los coches eléctricos. El resumen era que no hay tanto como hace falta. Pero no hay poco para los primeros años, y hay tecnología para sustituirlo luego. Por tanto, no debe preocupar en exceso.

Las reservas conocidas actualmente están, fundamentalmente, en Indonesia, Australia y Brasil, y en menor proporción en otros países de la órbita BRICS+, como se puede ver aquí

Por tanto, Occidente debe vigilar mucho sus acuerdos con Australia, así como mejorar la tecnología para sustituir el níquel en las baterías. Veo pocas posibilidades de “fichar” a otros países con reservas.

Litio.

También hablé del litio en la nota 8. Allí quedó expuesto que su uso fundamental es para las baterías de los coches eléctricos, así como que las reservas mundiales están más o menos repartidas entre los bloques de países que se están formando. 

Luego, el litio no es problema por ese aspecto. Eso sí, conviene recordar que Argentina es uno de los grandes productores, y parece que acaba de “fichar” por Occidente tras la victoria de Milei. Además, Australia es el mayor productor y parece estar en el mismo bloque.

Cobalto.

Igualmente traté el cobalto en la nota 8. Es otro de los materiales para las baterías de los coches eléctricos.

El resumen era que, claramente, no hay cobalto en el mundo para hacer todos los coches eléctricos con esas baterías. Además, las reservas están concentradas en la República Democrática del Congo, que se considera asociada al bloque BRICS+

También quedó claro que hay tecnología para hacer las baterías sin cobalto. Cité el ejemplo de que Tesla está pasando a usar las de litio-hierro-fosfato, sustituyendo el níquel y el cobalto.

Por tanto, respecto al cobalto, lo mejor que puede hacer Occidente es olvidarse de él.

Silicio.

Hablé del silicio en la nota 9, por su importancia para producir las células fotovoltaicas.

El resultado es que no hay escasez de silicio, sino de las instalaciones para transformarlo en silicio cristalino, utilizable para los paneles solares. Tampoco hay problemas de suministro en los bloques de países.

Por tanto, respecto al silicio, el problema es de inversión para tener las industrias operativas a gran escala.

Vanadio.

Por último, de entre los materiales citados por IMDEA, el que yo no había identificado todavía era el vanadio.

El uso del vanadio en las energías renovables está centrado en las grandes baterías (se llaman baterías redox de vanadio). Tienen muchas ventajas para su uso, pero una gran desventaja: son muy grandes y pesadas. Por ello, no se pueden utilizar en los coches. 

Sin embargo, hay un uso muy prometedor para estas baterías. Se trata del almacenamiento de energía en el lugar de producción. La energía que hay que almacenar desde que se produce (en los parques eólicos, fotovoltaicos, geotérmicos, …) hasta que es requerida para su uso. Lo explican bien aquí.

Según Google, Las reservas mundiales de minerales de vanadio se elevan a 16,6 millones de toneladas de metal contenido, que se reparten de la siguiente manera: 

  • Sudáfrica (47,1 por 100)
  • Unión Soviética (24,6 por 100)
  • Estados Unidos (13,1 por 100)
  • China (9,9 por 100) 
  • Y, otros países de economía de mercado (5,3 por 100).

Ese reparto de países no es el más conveniente para Occidente. Como mucho, se puede intentar pactar algo con China y sus socios. 

La buena noticia es que hay mucho vanadio en los vertederos industriales, por encontrarse en pequeñas proporciones en muchas cosas. Es decir, el reciclaje puede ser una gran fuente de vanadio para Occidente. Habría que invertir en esa industria.

Informe ETC.

Para quien quiera profundizar en todo esto, la Energy Transitions Commission (ETC) ha publicado éste informe. Del mismo merece la pena extractar el siguiente gráfico.

Interfaz de usuario gráfica, Aplicación, Tabla, Excel

Una conclusión clara de observar el gráfico es el gran esfuerzo necesario en multiplicar las infraestructuras existentes en 2022 para llegar a los objetivos de 2050. Por ejemplo, las instalaciones de energía solar se deberían multiplicar por 25, y las de baterías para vehículos eléctricos por 60. Eso nos da una idea de la inversión necesaria.

En cuanto a la minería asociada a esos cambios, llegamos a la conclusión de que hay que crear nuevas minas en esos órdenes de magnitud. Tal vez, incluso mayores, ya que estos materiales están muy poco concentrados en las rocas habituales, lo que significa que hay que minar muchos metros cúbicos de roca para sacar unos pocos kilos del material buscado.

Además, hay que ser muy consciente de que este asunto de la minería es fundamental para lograr el objetivo del cambio energético. Sin nuevas minas no hay suficiente nueva energía renovable. De hecho, … la velocidad de la transición energética la va a dar la velocidad de poder abrir las nuevas minas. Y, recordemos que las minas no son muy bien vistas en Occidente bajo el criterio “ambientalista”, ni tienen fáciles y rápidos trámites administrativos de apertura. Si queremos independencia energética de Occidente, tenemos que hacer muchas nuevas minas muy rápido, y aceptar sus problemas medioambientales (nueva paradoja).

Resumen de la situación.

Tras todo lo expuesto respecto a las energías renovables, Occidente debe tener claro que es un bonito intento, pero que no va a poder conseguir la totalidad de suministro energético con ellas de manera rápida y “continuable” (salvo en el caso de que funcione a costes razonables el proyecto de la geotécnica profunda comentado en la nota 13). Aunque, sí es bueno intentar hacer todo lo que se pueda, mezclando distintas tecnologías.

Queda claro, también, que no se van a poder abandonar totalmente los combustibles fósiles en el corto plazo. Eso implica que hay que “fichar” para Occidente algún país de los grandes productores de petróleo o gas.

Además, dada la escasez de energía previsible, es muy importante insistir en que la energía más barata y accesible es la que no es necesario utilizar. Hay que recordar que tenemos tecnología de sobra para hacer las cosas mucho más eficaces que actualmente en consumo energético. Y que podemos invertir en mejorar más en esa línea. Un ejemplo claro de lo que digo es la inmensa cantidad de edificios existentes con malos aislamientos térmicos, lo que los lleva a consumir más energía en su climatización. Otro ejemplo sería la estúpida costumbre que tenemos de utilizar coches grandes (de más de 1.500 kgs de peso) para desplazar habitualmente a una sola persona de menos de 100 kgs, lo que significa un innecesario consumo de combustible (que depende de los kgs. movilizados).

También hay que tener en cuenta que, en la etapa de transición hacia las energías renovables, no debemos olvidarnos de la energía nuclear “antigua” (la de fisión), dado que no crea problemas de CO2 (aunque tiene otro tipo de problemas). Además, ya hay muchas infraestructuras existentes. Es lógico aprovecharlas hasta conseguir el cambio a lo buscado. Tal vez, incluso hasta incrementarlas un poco. 

Actuaciones necesarias en Occidente.

Teniendo en cuenta lo comentado en estas notas, creo que son tareas concretas para Occidente en su búsqueda de autonomía energética futura:

  • Garantizar la continuidad de Australia en su bloque de países. Y ayudarle a cortar sus actuales contratos con China. Esto es por causa de sus minas de zinc (necesario para los paneles solares), y níquel (necesario para las baterías de los coches eléctricos).
  • En cuanto a los coches eléctricos, evitar las baterías que necesitan cobalto. Y, si Occidente no es capaz de hacerlo, tiene que conseguir un improbable acuerdo con la República Democrática del Congo.
  • También en relación con los coches eléctricos, hay que fomentar las baterías que no usan níquel, dado que no hay el suficiente.
  • Para la energía solar fotovoltaica, Occidente debe hacer muy grandes inversiones en “fábricas” para transformar el silicio de las arenas y arcillas en el silicio cristalino necesario.
  • Invertir en el reciclaje de vanadio en los actuales vertederos industriales, o buscar algún acuerdo del tipo “intercambio de rehenes” con China.
     Si no funciona ninguna de esas alternativas, Occidente debe olvidarse de las baterías redox de vanadio.
  • Buscar fuertes alianzas con algún país con grandes reservas petroleras. Puede que esa sea la línea que ha comenzado con Venezuela.
  • En general, Occidente debe invertir mucho en minería. Hay que poner en explotación muchas más minas de las existentes. Y hay que hacerlo rápido, lo que lleva a modificar los muy lentos procesos de autorizaciones. Y, hacerlo aunque se genere rechazo por las consecuencias medioambientales. Esas consecuencias serán el precio de la transición a las energías “verdes”, lo que no deja de ser contradictorio (otra gran paradoja).
  • Invertir mucho en mejorar las infraestructuras existentes para que consuman menos energía (aislamiento de edificios, …). Y en educar a la población para ello (no por la vía de pedirles que “pasen frío”, sino por enseñarles a utilizar mejor los recursos).
  • Mantener las centrales existentes de energía nuclear de fisión, o incluso incrementarlas. Haciendo muchos esfuerzos en mejorar su seguridad.
  • Por último, Occidente debe invertir en continuar la investigación y desarrollo de las tecnologías prometedoras que todavía no son viables para el uso comercial. Es el caso de la geotécnica profunda, de la nuclear de fusión, o de la imitación de la fotosíntesis.

Visto lo anterior, se puede concluir que, en cuanto a lo de “fichaje” de países, el asunto no parece tan imposible. Sin embargo, en cuanto a inversiones necesarias, a cambios en las normativas, y a educación de la sociedad, el reto no es nada fácil.

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Lecturas que me han interesado.

En el proceso de escribir esta nota me he encontrado con muchos asuntos de otras materias. Me gustaría, compartir los siguientes:

  • En el deporte del golf ha habido una noticia “revolucionaria”. John Rham ha fichado por la liga árabe por mucho dinero. Se habla de eso, pero se comenta menos lo que creo que es más importante, y que puede acabar extendiéndose a otros ámbitos, incluso a los no deportivos: hay inicio de pacto entre los futuros bloques de países para decidir quién y cómo controla el golf. Se acabó el monopolio de occidente (noticia aquí). Más adelante pueden venir pactos similares por el futbol, o incluso por la ONU y el Banco Mundial, que pienso es lo que ocurrirá.
  • Hay una noticia muy interesante sobre un potencial avance en la forma de utilizar la energía solar. Se trata de conseguir convertir la luz del sol en reacciones químicas sin necesidad de pasarla primero a energía eléctrica. No es exactamente lo que he dicho varias veces de “imitar la fotosíntesis”, pero se aproxima bastante. Me gusta mucho. Habrá que investigar más y fomentar su rentabilidad (noticia aquí).
  • Recomiendo mucho leer éste artículo. No es porque yo esté totalmente de acuerdo con él (que lo estoy bastante), sino porque hace pensar. Viene a intentar convencernos de que todos los intentos que hacemos por conseguir lo que llamamos “sostenible” (energía, o lo que sea) son autoengaños. 
  • Fernando del Pino ha vuelto a escribir. Esta vez se atreve a tratar algo casi intocable: la utilidad de la democracia. Se centra bastante en la situación española, pero las ideas son extrapolables a cualquier lugar. Recomiendo su lectura (aquí), y que cada uno saque sus conclusiones.

Hasta aquí llego por hoy. En las próximas notas intentaré tratar el asunto de la agricultura.

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