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Guerra – Segunda fase

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay tratando de entender las consecuencias de la Guerra.

Nota 1 – Guerra (segunda fase)

Salto de escala.


30 septiembre 2022

En la nota 15 que escribí sobre la Guerra de Ucrania dije que allí acababa esa serie. No era por haberse terminado la Guerra, sino por parecerme que aquello cambiaba de nivel, y que pasaba a ser algo con efectos más globales.  Algo que habría que tratar en momentos posteriores.

Los acontecimientos recientes han confirmado ese cambio de nivel. Se ha oficializado el salto de escala del conflicto bélico

Por eso vuelvo a escribir sobre el asunto. Pero no lo haré como continuación de la serie de escritos que terminé en aquella Nota 15, sino como la Nota 1 de una nueva serie.

Como ya avancé en las notas anteriores, parece que lo de Ucrania es tan sólo una batalla dentro de la verdadera Guerra, que es la de cambiar el orden mundial y establecer dos bloques de países, con poco trato entre ellos y muy distintos sistemas de organización internos. Uno de ellos estará liderado por USA (con Europa como súbdito) y el otro por China (con Rusia como aliado o súbdito, dependiendo de su conclusión en Ucrania, que es básicamente lo que se decide en esa batalla). 

Otras batallas dentro de esa Guerra son las de la energía (muy significativo los recientes “accidentes” en el gaseoducto Nord Stream), la del cereal (parece que Rusia puede intentar prohibir venderlo a sus países enemigos), la de la inflación (para debilitar a Occidente), la de los populismos, con el mismo objetivo de debilitar a Occidente (importante lo de las elecciones italianas), o la no deseada, pero probable invasión de Taiwan.

El caso es que, tras unos días en los que Ucrania había recuperado algo de lo conquistado por Rusia (con lo que parecía que ésta se debilitaba), han ocurrido una cascada de declaraciones. Las enuncio a continuación, y las intentaré “descodificar” a lo largo de esta nota y siguientes:

  • Putin ha dado un discurso el pasado 21 de septiembre en el que:

    • Ha llamado Guerra al conflicto, abandonando su anterior eufemismo de “Operación militar especial”. Por supuesto, dice que la Guerra la ha iniciado occidente.

    • Ha hecho un denominado “decreto de movilización parcial”, por el que llama a filas a reservistas.

    • Ha definido sus objetivos para la Guerra, cosa que no había dejado clara hasta ahora. Se trata de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. 

    • Ha dejado claro, sin citarlo expresamente, que contemplará el uso de armamento nuclear si lo ve necesario. Y ha dicho que “no es un farol”.

      Posteriormente, hoy (30 de septiembre) ha declarado esas regiones como anexadas a Rusia. Ahora, los ataques allí los considerará como ataques a Rusia. Es un punto importante a observar.
  • El líder chino, Xi Jinping, se reunió con Putin en Samarcanda el 15 de septiembre (muy pocos días antes del discurso de Putin). Según Euronews, Xi Jinping ha dicho: 

    • «Frente a un mundo, una época y una historia en constante cambio, China está dispuesta a esforzarse con Rusia para asumir el papel de grandes potencias y desempeñar un papel de guía para inyectar estabilidad y energía positiva en un mundo sacudido por la agitación social.»
  • Lo que no suena mucho al “tirón de orejas” que nos quieren contar otros medios.
  • También en la reunión de Samarcanda, el primer ministro de India, Narendra Modi, le ha dicho a Putin que «ahora no es el momento para guerras». Esto se puede parecer más a ese “tirón de orejas”, pero también se puede interpretar, lo que haré más adelante.
  • Mientras tanto, la Fed ha vuelto a subir los tipos de interés, y ha dejado claro que el aterrizaje de la economía no va a ser suave. 

    Además, la libra de UK ha tenido momentos de muy seria debilidad.

    Y se han producido los “accidentes” del gaseoducto Nord Stream. Se discute sobre quién es el autor, pero el resultado es el mismo: queda anulada la posibilidad de usar gran parte del gas ruso en Europa, incluso aunque se alcanzase algún acuerdo. Es decir, serios problemas de abastecimiento y de subida de precios de la energía.

    Y las elecciones de Italia complican los acuerdos conjuntos en Europa.

    Parece que las cosas no van muy bien en Occidente.

    Por otra parte, Rusia ha hecho los referéndums (un poco fake) en las regiones de Ucrania que tiene conquistadas. El 30 de septiembre las ha declarado parte de Rusia. Además, Putin ha abierto algo que puede sonar a pacto. Es como que, si le dejan quedarse esos territorios, se acaba la Guerra (más bien esa batalla, la de Ucrania). Será muy importante ver la respuesta de China a esto. Puede que sugiera aceptar ese pacto por la paz mundial.

A continuación, intentare profundizar en lo ocurrido y “leer entre líneas” las declaraciones. 

Como siempre, mi objetivo no es el periodístico de contar el pasado, sino el de intentar deducir el futuro más probable para poder tomar las decisiones personales más adecuadas. También como siempre, agradezco las opiniones de los lectores que nos ayuden a todos a mejorar el entendimiento.

La situación actual.

El salto de escala de la Guerra, que es como he titulado esta nota, implica que se acaba la posibilidad de ser una Guerra corta y acotada en sus repercusiones geográficas, sociales, y económicas (con lo de acotada, no quiero decir que las repercusiones sean pequeñas, sino que las otras pueden ser mucho peores).

En realidad, no se ha acabado aún esa posibilidad. Falta poco menos de un mes para que eso ocurra. En ese momento se sabrá si acaba ya, o si vamos a una Guerra larga y grave, con grandes repercusiones.

En esta nota y siguientes voy a intentar justificar que existe una posibilidad no pequeña (prefiero decirlo así, mejor que decir que es grande) de que en ese plazo se acabe la Guerra y se abra el periodo constituyente del Nuevo Orden Mundial (la nueva Conferencia de Yalta). Por cierto, no deja de ser curioso que Yalta esté situada en Crimea, que es el primer lugar donde Rusia atacó a Ucrania. Puede ser que el orden mundial que hemos tenido desde el final de WWII acabe donde empezó.

Lo del mes no lo digo a ojo. Más adelante profundizaré en el tema, pero avanzo que está previsto que el 16 de octubre se celebre el XX Congreso del Partido Comunista Chino. Y ya he dicho en mis escritos anteriores que la decisión sobre el final de la Guerra sólo la puede tomar China (lo siento, pero es así), y que creo que Xi Jinping no va a tomar una decisión de tal calibre en su “periodo electoral”, que lo hará inmediatamente después. Tampoco creo que Putin haga algo grande en fechas incómodas para China.

El caso es que, a fecha de hoy, la situación económica de Occidente está muy regular, con la inflación desbocada, los tipos de interés subiendo, el paro también, la energía muy cara y con riesgo de desabastecimiento (mayor en Europa que en USA); el populismo en alza (caso de Italia); el enfado de la población en máximos, …, y con muchas dudas sobre si merece la pena seguir apoyando a Ucrania o pensar en “las cosas de casa” (dudas que dan para escribir libros enteros).

En cuanto a Rusia, la economía no está tan mal (pese a lo que nos intentan decir), pero empieza a aparecer el descontento de su pueblo por ver demasiados ataúdes y potencialmente más tras los nuevos reclutamientos.

Ucrania está derruida, pero con la moral un poco alta por haber recuperado algo, y con miedo a continuar la Guerra con el frío del invierno.

Y, China está con enfados por los confinamientos, y a la espera del congreso del Partido Comunista, pero moderadamente tranquila en lo económico, aunque con la vista puesta en los problemas de la deuda inmobiliaria privada.

En la nota 5 de mi blog sobre la Guerra de Ucrania dije que las guerras se acaban cuando a alguno de los contendientes se le acaba la capacidad económica de continuarlas, o la capacidad de sufrimiento de su pueblo para apoyarles. También dije que, en concreto, y tras haberlo analizado como allí hice:

  • Por cuestiones económicas, Rusia aguanta lo que haga falta, y Occidente se debilita mientras tanto.
  • Por cuestiones sociológicas, Rusia se agota antes.

  • Lo lógico sería buscar una salida chapucera. Algo así como un alto el fuego (que no armisticio), incluso largo, con el que Occidente se puede poner a trabajar en arreglar lo de la inflación, y Rusia en prepararse para el siguiente ataque dentro de unos años. Mientras tanto, Rusia se queda con algún territorio, aunque no sea internacionalmente reconocido.
    Occidente quedaría dañado económicamente.
    Y China encantada sin haber hecho nada.
    Hoy me parece la opción más probable.

Parece que hemos llegado a ese punto. La economía de Occidente está cerca del colapso, y el apoyo de la sociedad rusa a Putin está en riesgo (no tanto como nos dice nuestra prensa, pero algo). No pueden aguantar mucho tiempo así.

Sin el apoyo de China, ninguno de los dos puede ganar completamente al otro. Y ninguno quiere pagar el peaje que China pediría por su apoyo. Se encuentran ante las alternativas de buscar un pacto, de pedir el apoyo a China, o de organizar una destrucción total.

Influencers. Ray Dalio, Paul Mason, Aleksandr Duguin.

Me parece que cualquiera de las tres personas que he citado se enfadaría mucho si se ven en el mismo título que las otras (les pido perdón, a la vez que les digo que les tengo respeto). Pero, es cierto que las tres son personas muy relevantes en sus círculos, a las que hacen caso gentes muy distintas, que luego son los que acaban moviendo a las masas en direcciones también distintas.

Sigo y leo con mucho interés a los tres. Vamos a ver sus recientes opiniones:

Ray Dalio:

Para quien no lo sepa, Ray Dalio es el fundador de BridgeWater, que es uno de los fondos de inversión americanos más relevantes. Además, tal vez por ser ya un poco mayor, muy rico, por no necesitar nada, por ser muy inteligente, y por no tener que hacer la pelota a nadie, se puede permitir el lujo de escribir con mucha libertad e independencia (parece que le divierte y que lo utiliza como su legado honesto).

Ray Dalio es algo parecido al gurú que cualquiera de los actores importantes de la economía que voy a llamar “occidental convencional” no deja de tener como cabecera.

Escribió hace pocos años un libro altamente recomendable en el que preveía algo parecido al hundimiento del imperio americano. Se llamaba The changing world order, que en español se puede traducir por “el cambiante orden mundial” (el link que he puesto es a un video resumen del libro bastante bueno). Lo cierto es que él no daba el imperio americano como acabado, pero lo veía en riesgo y con necesidad de hacer algo para evitarlo.

El pasado 8 de septiembre Ray Dalio ha escrito sobre los riesgos de la escalada de tensiones entre USA y China. Era por los asuntos de la visita de Pelosi a Taiwan. No le gusta nada lo que ve, tampoco ve ganador claro, y prefiere que busquen entendimiento. Es decir, para nada ve que la economía mundial pueda estar tranquila de que USA tiene el poder garantizado y controlado (aunque lo digan otros con menos conocimientos, y menos independencia para hablar claro).

Y el 13 de septiembre ha escrito sobre la inflación. Piensa que en USA, por causa de la lucha contra la inflación, los tipos de interés pueden llegar al 4,5 % antes de fin de año, y que habrá caída de las bolsas del 20 %. Eso significa economía de Occidente muy debilitada. Y lo dice uno de los más importantes gurús de la economía occidental.

Está dando avisos del tipo: “a mí ya me da igual casi todo, pero si queréis continuar, más os vale cambiar muchas cosas muy rápido, porque os estáis hundiendo”.

Paul Mason.

También para quien no lo sepa, Paul Mason es un escritor y periodista inglés muy vinculado a la izquierda radical. Con mucha calidad de los razonamientos en sus escritos, gusten o no a cada cual.

Lo cierto es que casi todos los izquierdistas extremos y cultos de Occidente le consideran un referente.

Como todo el mundo. El también ha evolucionado, y lo reconoce públicamente. Dice que ha abandonado su antigua visión troskysta y ha pasado a considerarse un social-demócrata radical (que cada uno interprete esa definición).

El 24 de agosto ha escrito un interesante (y algo desconcertante para mí) artículo. Lo hizo tras el asesinato de la hija de Duguin en Rusia. El artículo se titula “Cómo parar el fascismo”. Viene a decir que el fascismo surge del miedo a la libertad, y lo desarrolla (bastante bien); que está resurgiendo (creo que lleva razón); que Putin es fascista (aunque no lo dice tan expresamente, lo que dice es que ha dejado la realpolitik para ir al etno-nacionalismo); y que hay que pararle armando a Ucrania. Esto último es lo raro para mí. Sus seguidores de la izquierda radical occidental (como nuestro Podemos) no apoyan precisamente el armar a Ucrania. … Tal vez les convenza.

Mi lectura es que él es de izquierda radical, pero prefiere la cultura de Occidente. Algo así como: “me quejo para intentar mejorar esto (bajo mi óptica), pero lo prefiero a lo otro”.

El caso es que le preocupa mucho la escalada e intenta cambiar el enfoque de sus seguidores.

Aleksandr Duguin.

Para quien no lo sepa, Aleksandr Duguin es un famoso y mediático filósofo ruso. Se le conoce por teorizar el advenimiento de Eurasia como oposición a USA. Hay quien le llama el Rasputín de Putin, pero no está nada claro que tenga esa influencia sobre él, aunque sí la tiene sobre grandes masas rusas a las que Putin tiene que atender. 

Me resulta curioso cómo lo describe el francés Emmanuel Carrere. Dice:  «Es esa clase de fascista, solo que no es un joven torpe y enfermizo, sino un ogro. Es grande, barbudo, peludo, anda con los pasos ligeros de un bailarín y tiene una manera curiosa de equilibrarse sobre una pierna […]. Habla quince idiomas, lo ha leído todo, bebe alcohol a palo seco, tiene una risa franca y es una montaña de conocimiento y encanto».

Propone la vuelta a la Rusia imperial, sin buscar capitalismo ni comunismo. Se le asocia a todas las ultraderechas, pero a él no le gusta eso. Es algo más del poder étnico ruso. Y prefiere una Rusia asociada a Asia, antes que una asociada a Europa. 

Más o menos, es el que lidera la idea hoy muy extendida en Rusia de que Putin está siendo blando en la Guerra. Lo cierto es que las manifestaciones que nos sacan en la prensa occidental nos dicen que son algo parecido a “no a la Guerra”, pero más bien son del tipo de: “Rusia no puede perder una guerra. Si te has metido, lucha más duro” (aunque, por supuesto, también hay alguien que opina lo contrario).

El 20 de agosto su hija murió en un atentado que se supone que iba dirigido a él. Esto le ha dado más popularidad aún. 

La idea de la Rusia fuerte y cercana a Asia es muy importante en todo lo que está ocurriendo.

Lo que ha dicho Putin.

Antes de entrar a ver el contenido de su discurso, considero muy importante prestar atención a la fecha. El discurso es del 21 de septiembre. Y, … Putin se reunió en persona con Xi Jinping el 15 de septiembre.

Recordemos que, aunque se intenta debilitar o minimizar esa alianza, parece claro que Rusia y China comparten (o al menos pactan) estrategias.

Recordemos también que, aunque queda mucha gente que todavía cree que Rusia es una potencia, la potencia real es China. Rusia no va a hacer nada gordo sin el beneplácito de China, pese al orgullo de Putin, que no está tan loco como nos dicen.

Y recordemos que la invasión de Ucrania del 24 de febrero se hizo inmediatamente después de la finalización de los Juegos Olímpicos de Pekín. Y que Putin asistió a la inauguración y tuvo reunión a solas con Xi Jinping.

Hay otra cosa a considerar, que no es de recordar, porque no ha ocurrido aún: el 16 de octubre se celebra el XX Congreso del Partido Comunista Chino, en el que Xi Jinping busca su reelección, que es algo que conseguirá con pocas dudas, pero ante lo que no le conviene tener molestias.

Mi opinión es que, antes de empezar la Guerra, Putin fue a “pedir permiso a Papá China”. Y le dijeron: 

  • “Vale, pero con dos condiciones. La primera es que nosotros no te criticamos abiertamente, pero tampoco nos mojamos; y la segunda es que no empieces hasta el final de las olimpiadas, no nos molestes en nuestra fiesta (que tampoco fue tan retransmitida en Occidente, en comparación con otras olimpiadas)”.

También es mi opinión que, en la reunión de Samarcanda, a la que también ha ido a pedir permiso, a Putin le han dicho:

  • “Vale, haz este nuevo órdago, pero no metas nada más que miedo (no actives operaciones militares fuertes) hasta que no hayamos terminado nuestro Congreso y tengamos líder de largo plazo. Luego, ya te diremos si vas solito en tus guerras, si te apoyamos, o si proponemos soluciones mundiales”.

Con su discurso, y con el reclutamiento de reservistas, Putin está metiendo miedo a Occidente. Pero es claro que ese reclutamiento necesita más de un mes para cumplirse, para preparar (aunque sea poco) a los soldados, para equiparlos, y para trasladarlos a su destino en la Guerra.

Es decir, no va a pasar nada muy grande hasta finales de octubre. Eso sí, justo cuando termine el Congreso estará todo preparado. Lo que no significa que pasen las cosas en ese momento (pueden surgir pactos o altos el fuego), pero sí que podría ocurrir.

Yendo al discurso de Putin, como en esos momentos históricos se miden mucho las palabras y las repasa mucha gente, creo que hay que ver el literal de lo que dijo, porque en las omisiones, o en las dobles interpretaciones puede haber mucho sentido oculto, que intentaré leer entre líneas. 

El literal del discurso de Putin se puede ver aquí.

Como esta nota se está haciendo larga, corto aquí y seguiré en la siguiente, primero analizando este discurso de Putin y el resto de declaraciones, y luego hablando de las ofertas que puede hacer China al mundo tras su Congreso, y de las consecuencias de la anexión por Rusia de las regiones conquistadas.

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