Pensando en la Guerra de Ucrania

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay tratando de entender las consecuencias de la Guerra.

Nota 12 – Guerra

31 mayo 2022

En el tiempo que ha pasado desde que escribí la anterior nota, las noticias que más me han llamado la atención son:

  • El primer ministro italiano, Mario Draghi ha preguntado a su país si prefiere más la paz, o el aire acondicionado encendido. Eso lo hace hablando del gas. Es decir, están preparando a la gente para la escasez porque saben que se va a cortar y no tienen alternativa. El canciller alemán ha hecho algo parecido.
  • El mismo Mario Draghi ha hablado con Putin. Le ha preguntado si se puede desbloquear el cereal ucraniano para evitar una crisis alimentaria. Putin ha contestado que la crisis es culpa de las sanciones. Que, si las levantan, no hay crisis. Como eso no va a ocurrir, habrá crisis. El hecho de que Draghi intente el contacto significa que saben que el problema es grande.
  • Se ha creado el “Marco económico del Indopacífico (IPEF)”. Es un organismo multilateral impulsado por USA que tiene el objetivo declarado de “contrarrestar la influencia de China”. Es decir, si USA acepta pactar con otros países para “contrarrestar” a China, es que el problema le preocupa y sabe que no tiene fuerzas para hacerlo solo. 
    Es interesante ver que varios de los países adheridos son de los que votaron negativamente, o se abstuvieron, en la votación de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para expulsar a Rusia (p.e., India y Vietnam). Por tanto, no es tan fácil considerarlos como aliados naturales de USA. ¿Estarán intentando convencerles / sobornarles? Por ahora, el IPEF es poco más que una declaración de intenciones. No hay compromisos concretos.
  • China ha decidido elevar sus reservas de petróleo. Lo ha hecho acordando la compra con Rusia (a precio de descuento para amigos, un 30 % debajo de mercado), y ha conseguido el permiso de USA para evitar las sanciones (alguna razón oculta habrá, o, simplemente, falta de fuerzas para oponerse). El caso es que queda claro: que Rusia tiene cliente; que las sanciones no le van a molestar tanto; que China va por libre; y que USA lo acepta, aunque no le guste.
  • El Departamento del Tesoro de USA ha desautorizado a Rusia para pagar a sus acreedores a través de bancos americanos, revocándole una licencia que tenía. Lo ha hecho en base a las sanciones. 
    Es muy posible que esto implique el impago de Rusia. Desde luego, el asunto va a generar un importante lío jurídico internacional (Rusia tiene dinero, pero USA no deja pagar y cumplir los contratos). Es probable que otros países (China, India, …) pierdan confianza en el sistema de pagos controlado por USA.
  • Continúa la escasez de noticias sobre la Guerra (me refiero a que hay pocas portadas sobre las cuestiones militares, aunque muchas sobre la economía mundial). 
    Además, Kissinger ha dicho en Davos que hay que intentar organizar una paz cediendo territorios a Rusia. 
    También he leído artículos que dicen que USA está preparando una “traición” a Ucrania (el abandonarles). Habrá que esperar más acontecimientos.

Si estas notas que estoy escribiendo fueran un libro, con un índice, preparado desde el inicio para dar orden lógico a lo que cuento, tras haber hablado del gas, debería tratar las otras fuentes de energía. Pero eso lo voy a dejar para más adelante. 

Dado que intento adaptarme, en la medida de lo posible, a la evolución de los acontecimientos. Y dado que las noticias y las negociaciones están ahora centradas en la agricultura y los problemas de alimentación, tratare ese tema antes. Luego volveré al resto de las energías.

La agricultura – food security.

He dicho muchas veces que estamos saliendo de la globalización total para entrar en una larga época de globalización de dos bloques de países. Que la autarquía tiene que organizarse dentro de cada uno de esos bloques. Y que hay que hacer una lenta y costosa reorganización de producción y consumo de las materias primas dentro de cada bloque para que eso sea posible.

Si lo del párrafo anterior es falso (yo no lo creo), no vale para nada casi todo lo que llevo escrito. Pero, si es cierto, la cuestión agrícola es incluso más importante que la de la energía. Como dice Mario Dragui, nos puede molestar mucho que no funcione el aire acondicionado, o la vitrocerámica, pero es verdad que podemos vivir sin ello. Sin comida es bastante más difícil

En Occidente hace mucho que no prestamos atención al riesgo de falta de comida. Nos parece casi garantizado. Pensamos que tal vez suba algo de precio (cosa molesta, pero asumible), pero no se nos pasa por la cabeza el que haya escasez.

El caso es que hay que pensar cómo quedará la cuestión agrícola si los bloques de países acaban siendo los que parece (los de la votación de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con las negociaciones de cambio de algún país). 

Tras hacerlo: habrá que deducir las actuaciones posibles para adaptarse; los países que habrá que “fichar” para nuestro bloque; las inversiones y cambios normativos para resolver la producción y el transporte, …

Vamos a intentar el ejercicio. 

Antes de ello hago la mención de que los datos y gráficos que aportaré vienen del libro WB – commodities, así como de lo que me enseña mi gran amigo Pedro, que es tutor mío en todas estas notas (y en otras muchas cosas de la vida), y por tanto coautor de las mismas, quien, en estos asuntos de agricultura es un gran experto (que quede claro que, si hay errores, son míos interpretando los datos que me aporta Pedro).

Un poco de historia.

Hace tiempo que casi nadie se acuerda, pero la agricultura y la ganadería son el origen de lo que llamamos civilización. 

Antes de inventarse los medios de producción agrícola, y antes de domesticar los animales, los humanos éramos cazadores-recolectores, … y nómadas, por tanto.

Se empezaron a desarrollar los conceptos de aldeas, pueblos, y ciudades por la necesidad de “cuidar el huerto”. Antes de ello, si no había comida en la zona, nos íbamos a otra.

Tras la invención de la agricultura, había que quedarse en la zona hasta que la cosecha germinase. Por eso se inventaron los pueblos y las residencias permanentes.

Es muy importante recordar que la agricultura se inventó basada en productos que se cosechaban una vez al año, pero aguantaban muy bien el almacenamiento durante más de un año, además de tener mucho potencial calorífico para la alimentación (cereales, aceite, …). Eso reforzaba la necesidad de “inventar” la ciudad. No sólo por estar cerca de la tierra que se cosechaba, sino también cerca del almacén de alimentos para el año.

Además, hubo que inventar la escritura, que empezó como una cosa de contabilidad para hacer las previsiones de cosecha, y de almacenamiento y reparto de grano. Es en ese momento cuando comenzó la historia de la que venimos.

Precisamente por lo dicho, la agricultura y la ganadería siempre intentaron ser bastante autárquicas. Se abandonaba el pueblo que no era capaz de generar su propia comida

Había algo de transporte de cercanías para grano, pero era sólo para solventar problemas puntuales de heladas o malas cosechas. No tenía sentido un pueblo que viviera sólo de las importaciones de comida. El invento del concepto de pueblo era para “cuidar el huerto”. Sin huerto, no había pueblo.

Fue mucho después cuando se le encontraron otras utilidades al concepto de ciudad (las de la cultura, la industria, …). En ese momento se empezaron a buscar alternativas al problema de alimentar a la población de la ciudad. Comenzaron las cuestiones de importación de grano, que se hacía con las tecnologías y con los transportes de la época. Era posible que una ciudad fuese alimentada con grano de unas pocas decenas de kilómetros de distancia (o de millas marinas, que el transporte por barco era más fácil que por las inexistentes carreteras de entonces), pero no de la otra parte del mundo.

Mucho más tarde todavía, se inventaron medios de transporte de otro nivel (trenes, grandes barcos), así como instrumentos comerciales sofisticados. Ello permitió que buscásemos la comida a mayor distancia. Aparecieron los conceptos de países exportadores e importadores de alimentación.

En cualquier caso, la importación de alimentos siempre ha sido una cosa de arreglar pequeños desfases. Siempre se ha buscado que la mayoría de las cosas se produjeran localmente, o muy cerca. Me refiero a la comida de la mayor parte del pueblo, no a los lujos excéntricos de cuatro privilegiados (Julio Cesar podía hacer una fiesta en la que se sirvieran animales africanos de comida, pero el pueblo romano comía trigo de cercanías y bebía vino local).

A pesar de los grandes cambios tecnológicos, en el día de hoy la alimentación de las masas sigue siendo un asunto de relativa cercanía en la mayor parte de los casos. Las importaciones son un porcentaje no muy grande de todo lo que comemos, aunque en el siglo XX se ha ido alejando el lugar de producción. Para comprobar esto, basta con ver el siguiente gráfico (tomado del libro WB- commodities, del que hable en la nota anterior), donde se reflejan los países productores y consumidores de los principales productos. Ahí se puede ver cómo USA, China, India, y la Unión Europea producen cantidades relativamente parecidas a las que consumen de trigo, maíz y arroz.

Y hoy, como ayer, una falta continuada de capacidad de abastecimiento de comida, genera, en primera instancia, revueltas de la población (como está ocurriendo en Sri Lanka ahora), y en última, abandono del lugar. Porque vivir sin comer no es fácil, por mucha cultura y dinero que se tenga.

Por otra parte, cuando la producción cambia de lugar, y la tecnología de transporte avanza, también cambia la importancia de los puertos desde los que se mueve la mercancía. Me parece muy descriptivo el siguiente gráfico, donde se puede ver que la importancia mundial de los puertos chinos ha dejado muy atrás al resto desde el año 2005 hasta hoy.

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Cambio de cultivos.

Lo que sí es cierto es que, unas veces por avances tecnológicos, otras por conocimiento de nuevos cultivos, y otras por cambios en el clima que hacen más fácil cultivar unas cosas que otras, ha habido muchas ocasiones en que se han sustituido las fuentes principales de alimentación de los pueblos. 

Por ejemplo, el trigo, el olivo (aceite), y la vid (vino) no existían en Europa cuando empezó la civilización. Se desarrollaron (mejor habría que decir que se domesticaron) en oriente medio. Fue cuando nos dimos cuenta de que aquí se podían producir bien cuando se inició la historia europea.

Más recientemente, las patatas y el tomate los trajo Colón de América. Tras adaptarnos a las novedades, cambiaron los hábitos alimenticios.

En el futuro, el cambio climático va a profundizar en esto. Puede que sean los mismos productos, pero se cultivarán en lugares distintos, en aquellos en los que el nuevo clima los haga más productivos. Hago la mención de que este asunto es mucho más importante que la guerra de Ucrania en cuanto a la producción mundial de alimentos, pero todavía no ha llegado su momento importante (es un tema de largo plazo, que, por tanto, obviaremos hasta que nos abrume, como solemos hacer. Una pena).  

Además, por causas tecnológicas modernas, está el asunto del otro cambio de cultivos. El de los transgénicos, las semillas patentadas, … Esto afectará mucho (está afectando ya). Mejorará la producción por hectárea, se podrá hacer en otros lugares, evitará plagas, centralizará el control de la producción es determinadas empresas, … Es otro asunto importantísimo, pero hoy relegado por la guerra en Ucrania.

En cualquier caso, la idea es siempre la misma: sea con cultivos conocidos, o novedosos, la alimentación de las grandes masas de población tiene que ser garantizada de forma relativamente local. Las importaciones son para corregir fallos en las puntas de producción por sequías o guerras.

Comer carne.

Alguien puede decir: “si no hay trigo (pan), comamos carne”. Lo siento, pero es una idea estúpida. 

Aparte de lo que diga un nutricionista sobre las bondades o maldades de la carne, está el problema de balances (de kilos, no de dinero). Las vacas y los cerdos comen pienso, y se necesitan muchos kilos de pienso para producir un kilo de carne. Es decir, en balance de calorías para la alimentación de las personas, es bastante ineficiente comer carne. 

Con lo que se ha comido la vaca para crear un filete, se puede dar de comer grano a mucha gente. Es igual con otros animales (aunque la vaca es la más ineficiente), pero la idea es la misma: hacen falta varios kilos de pienso para crear un kilo de carne. Se ve claramente en el siguiente gráfico (también del libro WB- commodities).

Hago la aclaración de que no soy ningún fundamentalista. Me gusta mucho la carne, y la tomo mucho más que las verduras. Suelo hacer la broma de que yo como verduras “recicladas”, que la vaca se las come, y yo me la como a ella.

Pero, es claro que, en momentos de escasez, es más eficaz que los humanos comamos directamente productos agrícolas y minoremos los ganaderos. Lo del equilibrio en la alimentación son lujos en los que se puede pensar cuando sobra de todo, pero no en los momentos duros.

Consecuencias de cualquier guerra.

En la circunstancia en la que nos encontramos, con el nivel de desarrollo que hay en el mundo, y con el nivel de exportaciones de comida que tenemos, es claro que la Guerra es un gran problema. 

No es ninguna novedad. Ya Julio Cesar hacía las guerras de las Galias bloqueando aldeas para que no entrara comida y murieran de hambre sin necesidad de batallas cuerpo a cuerpo.

Hablando de agricultura, cualquier guerra tiene dos efectos distintos en los asuntos agrícolas. El de corto plazo, y el de largo plazo.

En el largo plazo, podemos adaptarnos a cambiar de hábitos, a cultivar otros productos, a explotar más tierras, a cambiar de proveedor, o incluso a abandonar la zona y emigrar. 

Sin problemas jurídicos y económicos (que ya es mucho decir), poner en producción una nueva tierra para un nuevo cultivo es cosa de un año (si hablamos de cereales, que es muy distinto en frutos de los árboles). Es decir, en cuanto a tiempo, es mucho más breve que el que necesitamos para cambiar de fuentes de energía.

Pero un año es tiempo de sobra para morir de hambre. 

En el corto plazo, el problema es otro. Habrá que subir las importaciones; que anular contratos firmados porque no se pueden cumplir; que negociar otros nuevos de urgencia (clarísima subida de costes, es decir: inflación); que organizar la nueva logística de transporte (más costes e inflación, además de retrasos en suministros); …

Agricultura y la Guerra actual: Ucrania vs Rusia.

Tal vez haya alguien que no lo sepa todavía (lo dudo), pero es un hecho que las tierras de Ucrania y de Rusia son muy fértiles para la agricultura. 

Además, por causa de la época soviética, abandonaron los minifundios y se generaron grandes explotaciones, mucho más eficaces que el resto de las europeas. Una finca pequeña paga mal la amortización del tractor, mientras que una grande lo hace sin problemas. Además, en una finca pequeña y con perímetro complicado, el tractor pierde mucho tiempo en hacer maniobras. En una finca ucraniana, el tractor sale por la mañana en línea recta y no da la vuelta hasta el día siguiente, haciendo noche en el otro lado (es una exageración, pero es descriptiva).

Dicho lo anterior, es bastante orientativo el siguiente gráfico sobre lo que representan hoy Ucrania y Rusia en las exportaciones mundiales:

Los números de la derecha del gráfico son el ranking de país exportador en el mundo.

El resumen es que suman un 64 % de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, un 23 % del trigo, 19 % de la cebada, y 18 % del maíz.

Lo del aceite de girasol es impresionante. El resto de los productos son cifras más bajas, pero muy necesarias para organizar el balance de reparto mundial (dado que el balance siempre está mas o menos ajustado, y un 20% es una cifra muy grande para reajustes).

Ante esta situación, hay que preguntarse:

  • En el corto plazo (una cosecha), ¿Está la producción de este año de Ucrania perdida (por bombas en los silos), confiscada por Rusia para comerciar con ella en su circuito, o simplemente bloqueada esperando decisión?. 

    No me sé la respuesta. Pero sí sé que las consecuencias son muy distintas.

    • Si la cosecha estuviese perdida, arreglar esas cantidades en el balance mundial no va a ser nada fácil. Habrá escasez. Hay que ver en cual de los dos bloques de países será la escasez (parece que en el de Occidente), y en qué países del bloque (suele ser en los más pobres).


    • Si está confiscada por Rusia, es algo más fácil de arreglar. Hay que cambiar contratos, pero los países a los que Rusia suministre no van a tener que comprar de otros lados, así que Occidente puede comprar de allí (con los sobrecostes que eso implica.


    • Si está bloqueada, hay que hacer lo que sea para organizar el desbloqueo, y acabar en alguno de los dos casos anteriores.

  • En el largo plazo, si al final hay que prescindir en Occidente de esos suministros:

    • ¿Con qué países podemos sustituirlos? Huele a que pueden ser Argentina y Brasil, por lo que hay que hacer esfuerzos para mantenerlos en el bloque de Occidente.

    • ¿Hace falta cambiarnos de cultivos y de costumbres gastronómicas? No parece necesario, salvo dudas en el aceite de girasol.

    • O, ¿Tenemos que poner nuevas tierras en explotación en Occidente? Puede que haga falta, sobre todo con el aceite de girasol.

Mi opinión personal es que resulta mucho más grave y difícil de resolver el problema del corto plazo que el de largo. Pero los expertos son los que tendrán decir si llevo razón.

Lo que sí que parece claro es que hay que abandonar la cultura de la época globalizadora que ahora termina (la del just in time), para pasar a una del tipo de “just in case”.

Datos interesantes.

A continuación, comparto datos y gráficos que me han resultado interesantes. Hago algún comentario bajo el gráfico.

Esto es la evolución histórica del precio del trigo. No es extraño, por causas de mejor tecnología en tractores, en fertilizantes, en desarrollos transgénicos, … y en todo, pero merece la pena darse cuenta de que, a dólares constantes, estamos lejos de los precios históricos altos. 

Los datos son de 2020, pero, incluso con las subidas por causa de la Guerra, que son casi del doble, seguimos estando por debajo de los puntos altos, que fueron las dos guerras mundiales y la crisis del petróleo.

Desde 1960 hasta hoy, el PIB (GDP en inglés) mundial y la producción de distintos cereales ha subido bastante más en porcentaje que la población mundial. Es decir, hay más comida por persona (aunque esté regularmente distribuida), y es más barata en cuanto a poder adquisitivo (en cuanto a precio, ya lo hemos visto en el gráfico anterior).

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Es lo comentado del aceite de girasol. El conjunto Rusia-Ucrania manda mucho.

Imagen que contiene alfombra

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Esto no es un dato directo, ni un gráfico. Pero sí es un símbolo que dice mucho sobre la psicología de los pueblos. Es un escudo ruso, donde queda clarísimo que la agricultura está en la base de su ser. 

Hay que recordar que, del famosísimo emblema de la hoz y el martillo, la hoz representa la agricultura. Además, en este caso, la enmarcan con el trigo.

No hay otros países que reconozcan de forma tan explícita su relación con la agricultura. La llevan en la sangre. Y la defenderán y utilizarán como una de sus mejores armas. Lo están haciendo.

Actuaciones necesarias.

Con lo expuesto, veo varios asuntos en los que habría que actuar lo antes posible:

  • El primero es saber, de la forma más aproximada posible, qué países son de nuestro bloque y cuales nó. Y hacer el balance de masas de producción agrícola interno del bloque. Con ello, sabríamos lo que nos falta y lo que nos sobra. Como parece que Rusia y gran parte de Ucrania (la parte de mayor producción agrícola) no van a ser del bloque de Occidente, es casi una conclusión que hay que intentar garantizar que se mantengan en nuestro bloque Argentina y Brasil.
  • Hay que estudiar cómo se solucionan los problemas de corto plazo relativos a la cosecha paralizada de Ucrania.

    O se negocia el desbloqueo, o empezamos a organizar casi racionamientos, y a buscar productos de sustitución temporal. Sobre todo, para el aceite de girasol.
  • Para el largo plazo, hay que decidir qué cantidad de tierras nuevas hay que dedicar a qué tipo de cultivos para crear el equilibrio de producción – consumo dentro del bloque de países. Y ponerlas en producción muy rápidamente. Para ello, tras tener la decisión, habrá que:

    • Elegir los países más adecuados para esas producciones, lo que dependerá del clima, de la fiabilidad de que ese país se quedará en nuestro bloque por largo tiempo, y de la facilidad de adaptar las infraestructuras de transporte.

    • Hacer las modificaciones necesarias en la normativa, en la fiscalidad, en el acceso a financiación, … para que la implantación de esos cambios sea rápida. Por ejemplo, tal vez haya que:
      • Eliminar requisitos de protección ambiental que impidan transformar usos del suelo de forma rápida.

      • O los que impidan puestas en regadío de lo necesario.

      • O modificar estructuras normativas del estilo de la PAC que fomenten cosas distintas a las buscadas.

      • Educar a los agricultores para que acepten cambios de su actividad, y para que conozcan las nuevas habilidades necesarias.

      • Dar a esos agricultores acceso a la financiación necesaria para las inversiones en los cambios.

      • Hacer algo parecido a concentraciones parcelarias, o creación de cooperativas, de forma que las fincas a explotar tengan los tamaños adecuados a la tecnología actual y la correcta productividad.

      • ….


        Y, todo esto se dice mucho más fácil que se hace.

Continuaré. Primero con los fertilizantes, que también es agricultura, y luego volveré a la energía, … si puedo.

Si tienes alguna opinión o comentario sobre lo que he escrito, no dudes en enviarme un correo a pgonzalez@ie3.org.

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