Pensando en la Guerra de Ucrania
Escrito por Pablo González y Pedro Nonay tratando de entender las consecuencias de la Guerra.
Nota 11 – Guerra
23 mayo 2022
En el tiempo que ha pasado desde que escribí la anterior nota, las noticias que más me han llamado la atención son:
- India ha prohibido las exportaciones de trigo. India es el segundo mayor productor de trigo mundial, con un 13,5% de la producción mundial. Consume casi todo internamente, pero ahora ha sido prohibida la exportación con el argumento de “seguridad alimentaria”. Es lógico, pero no deja de ser un ejemplo más del proteccionismo en el que entramos, y de la disrupción de los mercados.
- El bloqueo de los puertos de Ucrania ha llevado a que se encuentren en ese país, pendientes de entregar, 20 millones de toneladas de grano. Desabastecimiento garantizado. También inflación, y posibles hambrunas. Para solucionar tal problema hay pocas más opciones que negociar con Putin, quien no lo va a poner fácil.
- Ya dije en la nota anterior que Finlandia y Suecia quieren entrar en la Otan. Las novedades son que Turquía pone problemas, USA les da la bienvenida y Rusia se enfada. Cada una de las posiciones de los países dice mucho.
- Mariupol ha caído completamente bajo control ruso. Rusia ya tiene el acceso por tierra a Crimea. Ahora, pueden querer controlar más ampliamente el Donbás, así como el difícil objetivo de Odessa, y del acceso a Transnistria. Si buscaban una excusa para declarar su victoria, aunque sea un poco básica, ya tienen suficiente. Si quieren seguir, saben qué intentar.
- La noticia que más me llama la atención es la escasez de noticias sobre la Guerra. En todos los medios de comunicación, y en las redes, se habla algo de la Guerra (faltaría más), pero ya no es portada. Sin embargo, la Guerra sigue. Deduzco que esto es por una mezcla de varias cosas: a) un poco de censura para que la gente no se preocupe demasiado; b) un poco de hartazgo irresponsable de la gente, que quiere mirar para otro lado y creer que su vida no cambiará y; c) una real falta de novedades, es decir, la Guerra ha llegado a un punto de bloqueo y lentos avances.
Más sobre el gás.
Terminé de escribir la nota anterior el 15 de mayo. Una de las cosas que decía es que Europa necesita ampliar sus fuentes de suministro de gas ante la pérdida de Rusia como proveedor. Decía que Catar era uno de los potenciales contactos para ello.
Resulta que el 17 de mayo ha venido a España el emir de Catar para que le hagamos “la pelota” y para que le facilitemos sus nuevas inversiones aquí. Tal vez no estaba yo muy descaminado. Eso sí, habrá que mirar con lupa la fiabilidad de sus compromisos, porque hoy no es nada claro que Catar apoye al bloque occidental (ni que España pertenezca a ese bloque).
También se publica el 20 de mayo que Catar ha firmado un acuerdo de suministro de GNL con Alemania (se han adelantado a España). El dato importante es que no podrán empezar a enviar gas hasta 2026 por los tiempos para realizar las infraestructuras necesarias. Esto nos da muchas pistas: lo hacen por necesidad, con acuerdo con países de dudosa amistad, y con la mayor celeridad posible, y aun así, no son capaces de tardar menos de 4 años. Ese va a ser el tiempo mínimo de mercados descontrolados, de abastecimientos mal garantizados, y de inflación.
Por otra parte, es noticia el 18 de mayo que la Unión Europea está redactando un plan que llaman REPowerEU. La idea central del plan es que reconocen que va a ser necesario sustituir al gas ruso; que no va a ser fácil; ni rápido (piensan que hay que organizar carestías hasta 2025); que, por ello, proponen “solidaridad” entre países europeos, es decir, que los que tengan menos problemas suministren gas a los de mayor problema para que todos suframos por igual. Resumen: que España, entre otros, ayude a Alemania (ironías de la vida).
Aparte de las nuevas noticias, hace pocos días ha llegado a mis manos un libro publicado por el Banco Mundial que es muy interesante y tiene datos utilísimos para lo que estoy intentando estudiar. Se llama “Commodity markets- Evolution, Challenges and Policies” (como lo voy a citar bastante a partir de ahora, lo haré como “WB- Commodity markets”).
El caso es que, tras leer ese libro, me alegro de no encontrar en él grandes contradicciones con lo que he dicho hasta ahora en notas previas.
Sí salen en ese libro menciones y gráficos interesantes sobre el asunto del gas que merece la pena resaltar aquí, aunque haya tratado el tema en la nota anterior.
- La primera es que reconoce que el gas es el primer asunto preocupante cuando se habla de energía (por eso es el primero del que escribí en la nota anterior). Lo compara con el carbón y el petróleo, llegando a la conclusión de que éstos están en consumo decreciente en Occidente (no es el caso de China), mientras que el gas está en consumo ascendente. Es por la doble causa de rendimientos y de problemas medioambientales, así como por el aumento de producción de USA con el fracking.
- Da un dato relevante: el GNL (gas natural licuado, que es el que se transporta en los barcos metaneros) representa hoy la mitad de las exportaciones mundiales, cuando en 2000 era un 25 %. Es decir, han hecho falta 20 años para doblar la capacidad de los barcos. Y, ya dije que Europa necesita doblar su capacidad de GNL si quiere sustituir los gaseoductos rusos. Con esfuerzo e inversiones se puede hacer un poco más rápido que esos 20 años, pero queda claro que el asunto de la reorganización se mide en años (no pocos), no en meses. Malas noticias, que no descuadran con mi nota anterior.
- Incorporo a continuación unos buenos gráficos del libro WB- Commodity markets, que ayudan a visualizar el asunto (les hago algunos comentarios míos):
porcentaje de producción de gas por país en los años 2019 y 2000.
- Como USA consume mucho de forma interna, además de estar muy lejos de Europa para el transporte rápido por barco, y como hay que prescindir de Rusia y de China, las opciones que quedan son Catar e Irán.
- A principios del siglo XXI, los países en desarrollo (el mundo chino) empezaron a consumir más gas que Occidente, cosa que va a más. Esto es porque suman mucha más población que Occidente y su desarrollo se está acelerando.
- Noruega no puede exportar mucho más GNL a Europa.
Hay una oportunidad si USA pacta con Rusia el dejar ellos de suministrar a Asia para que lo haga Rusia, y absorber USA las exportaciones de Rusia a Europa. Algo parecido con Catar.
- El problema de los precios del gas es, fundamentalmente, europeo
- A lo largo del tiempo, la biomasa (la leña, para entendernos) ha perdido casi toda su importancia como fuente de energía a nivel mundial. El carbón lleva tiempo relativamente estable. El petróleo está bajando un poco. El gas sube. La nuclear y las renovables son bastante residuales.
- Como es lógico, el petróleo se consume mayoritariamente en el transporte. El gas se usa mucho para producir electricidad, pero también en la industria y en los edificios. El carbón es mayoritario para producir electricidad y para la industria.
A veces hay consecuencias no previstas de las actuaciones geopolíticas.
Antes de continuar con el estudio de lo que está ocurriendo con otras materias primas, voy a hacer un inciso para exponer dos cuestiones históricas que me parece vienen a cuento.
Lo hago como ejemplo de que las decisiones geopolíticas pueden tener consecuencias no previstas y nada deseables. Es decir, para que pensemos en ello, porque puede ser el caso de lo que pasa ahora.
Es más que conocido que las guerras u ocupaciones de países tienen casi siempre su causa en cuestiones de poder, que están muy relacionadas con el acceso a recursos, sean mineros, agrícolas, geoestratégicos (acceso al mar, p.e.), o de cantidad de población. Lo que nos suelen contar de que las hacen para promocionar la libertad u otras cosas no son mas que mentiras o argumentos para convencer a la población de lo que quieren los promotores.
Veamos estos ejemplos, de los que se pueden sacar interesantes conclusiones. La más relevante es que se sabe lo que se busca al empezar, pero se llega a resultados muy distintos a los previstos.
El monopolio del té.
Cualquiera con un poco de interés en la historia (yo soy muy aficionado) ha oído que la independencia americana comenzó por unas revueltas sobre el precio del té en el puerto de Boston.
La verdad es que siempre me pareció muy extraño que un producto tan poco necesario para la supervivencia, y de relativamente bajo precio, pudiera generar esos efectos. Pero nunca dedique tiempo a profundizar en la causa.
Ha sido ahora, al leer el libro WB- Commodity markets, cuando me he encontrado con una mención que me ha hecho buscar más en internet, y me ha llevado a entender lo que comparto a continuación.
En el libro mencionado dedican muchas páginas a estudiar los instrumentos políticos, fiscales, monetarios, de lobby, …, para intentar manejar los problemas de acceso a materias primas a lo largo de la historia, … y sus efectos.
Cuando hablan de los mecanismos de fijación de precios como instrumento de equilibrar oferta y demanda, citan como primer ejemplo histórico la London Tea Auction (del año 1679). Se trataba de una subasta para vender té que organizaba la compañía que tenía el monopolio del té en el imperio británico, la East India Company.
Esa compañía, que le resulta familiar a cualquier aficionado a la historia, no era tan sólo una empresa del té. Se trataba, en aquel momento, de la compañía más grande del mundo. Su poder no era tan sólo comercial, de hecho tenía ejército propio, del doble de tamaño que el inglés, y era la que controlaba la India. Lo del té era una cosa menor para ellos. Se pueden contar muchas cosas interesantes sobre ella, pero no es el objetivo aquí.
Como es deducible, por el tamaño de la empresa, y por su control de la India y de otros países, su capacidad de lobby ante el gobierno británico era inmenso.
El caso es que, en 1773, la compañía tenía problemas económicos. Además, tenía mucho té almacenado sin vender. Por ello, hicieron sus movimientos de lobby y consiguieron que el Parlamento aprobara la Ley que llamaron Tea Act.
El objetivo era ayudar a una empresa monopolística que resultaba muy interesante al gobierno. Nada más.
Ocurría que, antes de la Tea Act, el 85 % del té que se consumía en las 13 colonias americanas (todavía pertenecían a Inglaterra) era de procedencia holandesa, vendido de forma ilegal.
Con la Tea Act se dificultó la venta por parte de Holanda, además de imponerse un sistema de impuestos que no gustó nada en América.
Los comerciantes de té americanos entraron en pérdidas. No era el del té, ni de lejos, el mercado más importante de las colonias, pero hacía tiempo que había un resentimiento soterrado entre las colonias y el imperio. Faltaba la chispa que encendiese el fuego.
El 16 de diciembre de 1773, los colonos, disfrazados de indios (siempre lo de los ataques de falsa bandera) ocuparon el puerto de Boston y tiraron al mar las cargas de té de los barcos. Tras ello, el gobierno inglés, enfadado, bloqueó el puerto de Boston, impidiendo todo comercio, lo que molestó más a toda la ciudad, generando graves problemas económicos (ya no era sólo el té).
Al final, esta situación resultó ser el detonante de la guerra de la independencia de los Estados Unidos.
He querido contar esta historia para exponer cómo una ayuda de un gobierno a una empresa muy grande para arreglar sus problemas financieros en su control de la exportación de una materia prima (el té, en este caso), que pretendía ser casi irrelevante (la ayuda), tuvo como consecuencia inesperada una guerra que acabó creando un futuro país que llegaría a potencia mundial (quitándole el liderazgo al país del que formaron parte).
Es decir, lo de los instrumentos de control de los mercados no sabían hacerlo de forma tan inocua. Y tampoco lo hacen mucho mejor ahora, … Mucho cuidado.
Como curiosidad, aporto el siguiente gráfico, donde se ven los países en los que llaman al té como chá y los que lo llaman como té. Se vé claramente que se le llamaba té cuando el transporte era marítimo, es decir, el que controlaba la East India Company, y chá cuando el transporte era terrestre (el que no controlaba esa compañía. Siglos después, el poder de la compañía deja huella en todas partes.
Texas.
El otro caso histórico que me parece interesante refrescar es el de Texas.
La actual Texas perteneció, hasta 1821, al Virreinato de Nueva España, que, obviamente, dependía de España. Es en esa fecha cuando se produce la independencia de Méjico, por lo que pasó a formar parte de ese nuevo país.
Lo cierto es que, en aquella época, se trataba de un territorio muy grande casi despoblado. Vivián allí unas 200.000 personas, donde hoy viven casi 30 millones.
Tampoco tenía el interés por sus reservas de petróleo, pues en esa época todavía no se habían descubierto las reservas, ni tampoco se sabía que el petróleo iba a ser tan importante.
En el mismo año 1821, Moses Austin, que era un ciudadano de Connecticut (una de las colonias americanas recientemente independizadas) consiguió que le autorizaran a establecer asentamientos anglo-americanos en Texas. Se lo autorizó el virreinato español, pero ocurrió la independencia de Méjico y la muerte de Moses en ese mismo año. Su hijo (Stephen Austin) consiguió seguir adelante con el acuerdo y llevó allí a lo que se llamaron “los viejos 300”. Eran 300 familias de colonizadores. Con ello comenzó la fuerte dependencia de Texas del empresariado estadounidense.
No es casualidad que la actual ciudad de Austin lleve ese nombre.
Resulta digno de mención que los inmigrantes estadounidenses eran esclavistas (venían del sur de USA), y que Méjico había abolido la esclavitud. Por ese motivo (y por el apoyo de USA para ello), Texas inició su guerra de independencia de Méjico, lo que consiguió en 1836.
Es en esa guerra de independencia cuando ocurre lo tantas veces visto en el cine de “El Alamo” (no eran americanos, sino tejanos independientes, pero la leyenda se escribe como se hace). O, sí eran americanos, pero camuflados. Lo cierto es que el general jefe de los tejanos era Samuel Houston (por eso la ciudad lleva su nombre), que era de Virginia y amigo del presidente de USA Andrew Jackson (¿en misión camuflada?). Nota: merece la pena leer un rato en Google sobre Houston.
La Texas independiente tuvo una relación de cercanía con USA, pero no se anexionó a ella, voluntariamente, hasta 1845.
Muy relacionado con ello, aunque formalmente de forma independiente, USA entró en guerra con Méjico, que terminó con el tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. Por ese tratado, junto a Tejas, Méjico perdió casi la mitad de su territorio (los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo Méjico, Tejas, Colorado, Arizona, Wyoming, Kansas, y Oklahoma).
El caso es que parece que la independencia de Texas, sin anexión directa a USA, pero con presidente amigo del presidente de USA, no era nada más que la forma de iniciar un ataque más fuerte a Méjico, que ocurrió muy poco después. Es lo tener un objetivo, pero acometerlo poco a poco.
Cuando terminó todo el proceso (1848), fue la primera vez que USA tuvo acceso directo a los dos océanos (Atlántico y Pacífico) con comunicación directa por tierra. Es algo que Méjico (y el virreinato español) tuvieron desde siempre, pero USA no.
Esta ocupación de territorios por parte de USA tenía objetivos geoestratégicos (lo de unir los dos océanos). Lo que no estaba tan previsto es que, con ella, aumentó la fuerza (superficie, habitantes, y conexión por tierra de los océanos) de los estados del sur, que eran los esclavistas. Muy poco después (1861) comenzó la Guerra de Secesión, que estuvo a punto de acabar con la unión americana.
Por cierto, Andrew Jackson fue el fundador del partido demócrata de USA (el de Biden), y quien le generó el símbolo del burro, que es como llamaban a Jackson sus oponentes.
Moralejas:
- No tiene tan fácil USA el decir que no se pueden atacar otros países para ampliar el tuyo porque te conviene. Aunque es cosa de otra época, ellos lo hicieron.
- Consiguieron ganar mucho territorio, y expandirse al oeste, pero generaron la consecuencia imprevista de la futura guerra civil, que casi les destroza. Se sabe cómo empiezan las cosas, pero no lo que viene después.
Continuaré con los recursos naturales de Ucrania y Rusia, o con lo que surja… si puedo.