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Guerra – Segunda fase

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay tratando de entender las consecuencias de la Guerra.

Nota 8 – Guerra (segunda fase)

Democracia digital


28 diciembre 2022

Como siempre, comienzo con mi particular resumen de prensa. También pido disculpas por el tiempo que llevo sin escribir, lo que me ha llevado a que esta nota resulte un poco más larga.

Adelanto que, tras el resumen de prensa, pasaré a tratar el asunto de cómo se tiene que redefinir la democracia para adaptarse a los nuevos tiempos (los tiempos de internet). Terminaré con lecturas y videos que recomiendo.

Tal vez, lo que más me llama la atención del seguimiento de las noticias es el menor porcentaje de espacio que los medios le dedican a la Guerra. Todos los días dicen algo, pero cada vez menos. Y eso no es porque ocurran pocas cosas. Puede que nos estén preparando para que nos parezca aceptable el falso acuerdo de paz, como una noticia secundaria para acabar olvidándonos del asunto.

Las noticias que quiero resaltar son:

  • El pasado 23 de diciembre Zelensky viajó a USA y habló ante el Congreso (noticia aquí). Tal vez no sea casualidad que el mismo día Medvedev se ha reunido con Xi Jinping (noticia aquí).

    Los dos países implicados directamente en la Guerra han ido a visitar a sus “padrinos”. Aparte de lo que se ha publicado, es más que probable que les hayan pedido explicaciones y dado instrucciones. Creo que es un hito importante, que puede llevar a preparar la paz, o a llevar a mayor escala la Guerra. Esperemos que se a lo primero.
  • China ha cambiado su política de Covid-0. Ha relajado mucho los confinamientos y las restricciones al transporte. No hace falta poner la noticia, porque ha salido en todas partes.

    La pregunta es ¿Por qué lo han hecho? Puede ser que el gobierno ya no pudiera contener el descontento social. O puede ser que hayan decidido que ya han conseguido el objetivo oculto que buscaban, el de generar inflación en Occidente por la ruptura de las cadenas de transporte, o …

    El caso es que esto es un cambio grande de escenario. Habrá que estar atentos a los resultados.
  • Putin ha dicho que sabe que esta Guerra acabará en una negociación. Busca que se reconozca que se queda con Crimea y con las cuatro regiones del oeste que ya declaró como su objetivo (las que tienen más tradición a favor de Rusia). Noticia aquí.

    Al mismo tiempo, Rusia amenaza con las bombas nucleares (noticia aquí y aquí).

    Sabemos que Ucrania no quiere renunciar a ninguna parte de su territorio. Y que en Occidente son muchas las voces que intentan animarle a hacerlo. Parece que Putin quiere reforzar ese intento con la amenaza nuclear, así como con los ataques a las instalaciones energéticas ucranianas para dificultarles soportar el invierno.

    Mientras tanto, me llama la atención que Paul Mason (intelectual de la extrema izquierda inglesa) hace esfuerzos por convencer a sus partidarios de que hay que ayudar a Ucrania a no ceder nada. Y lo hace sabiendo que la izquierda no está cómoda aceptando la ayuda “imperialista” para Ucrania. Noticia aquí. Yo le veo como un idealista honesto: sabe que ese acuerdo de paz va a ocurrir; sabe que a su público no le gusta lo que propone; y no obstante insiste en intentar convencerlos con los argumentos que encuentra en los manuales de extrema izquierda.
  • Ha habido un “canje de prisioneros”. Se ha intercambiado a la jugadora de baloncesto Brittney Griner (encarcelada en Rusia por llevar un poco de droga para consumo personal) por el traficante de armas Viktor Bout. Noticia aquí.

    El canje no parece ser de delincuentes del mismo rango. Se ha manifestado la debilidad de Occidente, donde la presión mediática por liberar a la deportista ha permitido entregar a cambio a alguien mucho peor, pero menos conocido en los medios que siguen las masas.

    Putin se debe estar riendo. Ya sabe que, si quiere que le entreguen a alguien, le basta con detener en Moscú a un turista americano que cruce mal un semáforo (y animar a que los medios occidentales conviertan a ese turista en una víctima abandonada por su gobierno). 
  • Ha habido un intento de golpe de estado en Alemania. No está nada claro si ha sido una tontería de cuatro locos, o algo más grande a lo que el gobierno prefiere dar la menor repercusión posible. Noticia aquí.

    En cualquiera de los casos, estas cosas no pasaban en Alemania desde antes de WWII. El simple hecho de que ocurran implica la existencia de un importante y peligroso malestar social en un país muy relevante de Occidente. Es otro síntoma de debilidad.
  • Como era de esperar, el tope a los precios del petróleo ruso en 60 € que Occidente aprobó hace poco, no vale para nada. Rusia está vendiéndolo más alto a otros países. Noticia aquí.
  • En la nota 7 hablé del “corralito” de Blackstone. Ahora lo ha hecho Starwood (otro importante fondo de inversión occidental). Noticia aquí.

    No parece que la economía occidental tenga capacidad de aguantar mucho más los resultados de la Guerra (inflación). Otro síntoma de debilidad.
  • Una noticia curiosa, y poco publicada es ésta. Resulta que la ONU está repartiendo ayudas en Ucrania por medio de criptomonedas. Sí, la ONU utiliza algo que tanto se critica, porque es lo que le resulta más eficaz. Hipocresía y tiempos de cambio.

En general, no parece que la estabilidad social y económica de Occidente, ni la unidad de acción entre los países, y de la población dentro de cada país, permita continuar mucho tiempo el sacrificio de la Guerra. Lo disimularán, y lo venderán de otra forma, pero Occidente está muy cerca de tener que rendirse (y China ganando sin hacer nada). 

La democracia debería redefinirse.

Comencé en la nota anterior a hablar de lo que tenemos que estudiar para adaptarnos al nuevo orden mundial. Lo hice hablando de las empresas. Hoy lo haré para el caso de nuestros sistemas políticos (ya sé que avancé en la nota 7 que luego hablaría de las afecciones a los individuos, pero he decidido dejarlo para más adelante).

Siempre se ha dicho lo de que la democracia es el menos malo de todos los sistemas de gobernar un pueblo.

Tal vez no sea mentira esa frase. Pero, puede que haya llegado el momento de redefinir el concepto de democracia. Creo que hay síntomas de agotamiento del sistema, y estoy seguro de que, si se presta atención a esos síntomas, encontraremos formas de actualizar el sistema, que es algo que debemos hacer entre todos, con mucho análisis y consenso.

Ya sabemos la teoría de lo que es la democracia. Se puede resumir en que “todos somos iguales”, y en “una persona, un voto” (además de la separación de poderes, y de la entrega del monopolio de la violencia al estado), aunque hay otras interpretaciones, como la que hace la ONU, donde el sistema es el de “un país un voto” (el voto de Mónaco vale lo mismo que el de China).

También sabemos que la gran ventaja de la democracia es que, si unas elecciones las gana la mayoría, es difícil la pelea por las armas contra la mayoría. Así se fomenta la estabilidad (por supuesto, con el riesgo de que esas minorías rebeldes sean muy fuertes).

Además, es un hecho que internet y el mundo digital han cambiado casi todo, pero aún no hay cambios de eso en la forma de ejercer la democracia. Hacen falta.

El programa electoral.

En teoría, el programa debería ser un documento de la máxima importancia, donde se detallan los compromisos de cada candidatura. 

Sin embargo, la realidad actual es que es un documento que se redacta por obligación, pero se hace con el contenido lo más abstracto e indefinido posible. Documento al que, además, se le da poca difusión y casi nadie lee.

El programa electoral debería ser algo parecido al contrato que el gobernante asume con sus electores. 

Resulta llamativo que, dada la gran repercusión de las decisiones del gobernante en la vida de los ciudadanos, un incumplimiento del programa electoral tiene escasas penalizaciones para el candidato

En todos los países hay legislación de protección al consumidor. Parte de esas leyes se centran en vigilar la publicidad del producto, tratando de evitar la publicidad engañosa; y las características que se proclaman del mismo, para evitar los vicios ocultos. Incluso hay garantías del producto, que pueden conllevar la sustitución del mismo si el recibido no cumple lo especificado. Incluso se puede llegar a la retirada del producto del mercado (ver noticia aquí).

Como se puede ver en la noticia arriba citada, hay más consecuencias para la empresa que comercializa una crema solar de la que no especifican claramente su factor de protección, que para un político que incumple su programa electoral. 

El “contrato” que tenemos con nuestros políticos consiste en que les damos nuestro voto (nada menos que nuestra confianza) para que lleven a cabo el contenido de su programa electoral (no cosas distintas). Y no deberíamos aceptar mentiras, ocultaciones, interpretaciones retorcidas, … Ni siquiera causas sobrevenidas, para las cuales se puede plantear referéndum (digital).

Ya sabemos, por experiencia, que, una vez que el político obtiene el poder, puede cambiar las leyes, o los impuestos, o decretar confinamientos por pandemias, o incluso hacernos participar en guerras.

Me parece a mí que incumplimientos o engaños en esos asuntos son mucho más importantes que en la información sobre el factor de protección solar de una crema.

Una posible solución a este problema sería el someter los programas electorales, y las actuaciones de los políticos, a las mismas o similares reglas de la legislación de consumo.

Puede haber otras soluciones, en las que debemos pensar entre todos, pero parece que hace falta alguna.

El derecho al voto.

Existe la teoría del voto universal. Pero debemos recordar que el alcance de la palabra “universal” ha cambiado con los tiempos. 

Hubo épocas, y países, en los que no podían votar las mujeres, o los individuos de alguna raza, … . También se ha cambiado a veces la edad mínima para tener el derecho a voto.

Si miramos modelos más antiguos, hay que recordar que en el lugar donde se le dio el nombre a la democracia, la Atenas de Pericles, tan sólo podían votar los llamados ciudadanos, que era algo muy diferente al voto universal. Además, había otra diferencia muy grande con los sistemas actuales: el voto era directo, todos los ciudadanos podían votar todas las cosas, y también cada ciudadano podía proponer votaciones.

Hoy, una vez que se está en el rango de edad permitido para el voto, hay pocas limitaciones al mismo, casi exclusivamente las de inhabilitación, las cuales, dependiendo del país y de la época, afectan a los enfermos mentales inhabilitados, a los presos, a las fuerzas del orden público, …

Sin embargo, nos parece aceptable el que nos pidan hacer un examen para tener el derecho a conducir un coche. ¿No se puede hacer más daño eligiendo a un político peligroso (ejemplo de Hitler) que conduciendo? 

Si se intenta pensar en este asunto del voto universal de forma sosegada, y sin convencionalismos, es fácil encontrar argumentos a favor y en contra.

Es un claro argumento a favor del voto universal el ya expuesto de que se minora el riesgo de revoluciones, por saber que hay una mayoría de la población que está de acuerdo con los resultados (no importa si su voto fue independiente o manipulado, el caso es que son mayoría los que apoyan al elegido). Por eso, la minoría no va a comenzar una revolución, guerra, o lo que sea, sabiendo que tiene una mayoría en contra. 

El clásico argumento en contra, que muchos no se atreven a concretar, por ser poco elegante decirlo, es el de que las decisiones sobre quién gobierna las toman las mayorías desinformadas y manipuladas.

Siempre han sabido (los políticos y los poderes fácticos) que hay poca gente que vote con conocimiento profundo y convicciones propias. Saben que la mayoría vota de manera “incentivada” por técnicas de comunicación social y manipulación de masas. Esa motivación al voto se ha venido haciendo siempre con inversión en marketing, destinada al control de los medios de comunicación (también con inversión en la educación, que es casi lo mismo, salvo el control de los colegios). Es decir, dinero para pagar al mejor publicista (director de campaña), y a los medios, y la puesta en escena en todo el país. Casi siempre gana el partido que tiene más presupuesto, salvo que el “publicista” del otro partido sea genial (caso en el que le debería haber contratado el de mayor presupuesto), o que el candidato meta mucho la pata.

Tras la existencia de internet (que es algo mucho más amplio que las redes sociales), ha cambiado drásticamente la forma de comunicación política y las técnicas de manipulación de masas.

Ahora, la gente, sobre todo los jóvenes, usa otros canales de información, más difíciles de “comprar en conjunto” que los tradicionales. Son las redes sociales, los influencers, las noticias de otros países, … En esta noticia se dice que el 26 % de los españoles reconocen que las redes sociales han influido en su voto, mucho más en los jóvenes que en los mayores.

También es más fácil que antes el que una potencia extranjera invierta en “intoxicar”. No lo hace potenciando un ideal concreto, les basta identificar (y financiar) unos ideales que desestabilicen al país occidental en cuestión. Por eso hay muchas noticias sobre sospechas de la financiación a las extremas izquierdas y derechas, así como a los populismos y a los separatismos.

A la hora de estudiar los efectos de esas nuevas formas de comunicación es muy importante mirar la demografía. Las generaciones mayores siguen muy influenciadas por los viejos medios de comunicación, y no así los jóvenes.

También por demografía (cosas del baby boom junto a la baja natalidad actual en Occidente), las generaciones mayores son hoy más numerosas que los jóvenes.  Es por eso que todavía funciona un poco el viejo sistema de control de masas, pero cada vez menos. También es por eso por lo que los jóvenes están cada vez menos motivados por la política tradicional, porque no siguen los medios tradicionales. 

Para apoyar lo que acabo de decir, veo necesario recordar la situación de las pirámides demográficas. En Europa, y en casi todo Occidente, son pirámides invertidas, donde hay más mayores que jóvenes.

piramide poblacion europa2013

Ahí se ve que, en la Unión Europea hay más votantes mayores de 35 años que los menores de esa edad (y eso era para el 2011). Asunto que va a complicarse más todavía con el paso del tiempo, como se ve en esa pirámide que se ha complicado desde 1991 hasta 2011.

Ahora estamos hablando de las elecciones, pero es evidente que esta situación demográfica afecta mucho, también, a la capacidad de producción de un país (si no hay trabajadores, no hay producción). Y, como no es fácil cambiar rápidamente la tasa de fertilidad, llegamos a la conclusión de que la única solución es fomentar la inmigración. Asunto que vuelve a repercutir sobre el problema del voto: ¿se le da derecho al voto a esos inmigrantes?

La conclusión es que los jóvenes no están incentivados, por ser su voto menos representativo, y por ser ellos los que tienen que pagar la vida a los que ganan las elecciones (los mayores jubilados), además de por informarse por otros canales.

Es un hecho que la abstención es mucho mayor entre los jóvenes que entre los mayores. Eso es algo que se demuestra en el siguiente gráfico, que he obtenido de un estudio realizado por Nicolás Tanno en 2021, cuyo contenido completo se puede ver aquí.

En el gráfico, realizado para varias convocatorias electorales en España, se puede ver cómo, en la de 2019, que es la última, la abstención de los menores de 35 años resultó ser casi la mitad del total, y eso que los jóvenes representan un menor porcentaje de la población, como hemos visto en las pirámides.

Del razonamiento anterior sale una duda: ¿deberíamos dar más peso al voto de los que tienen que financiar el sistema que al de los que tienen que cobrar la jubilación? No es nada clara la respuesta, pero es un asunto a pensar y decidir entre todos (asunto candidato a referéndum).

Otro posible debate sería el de establecer un examen para tener el derecho al voto. Se trata de un asunto muy delicado, porque habría que evitar que eso se convierta en una forma de marginar a muchos votantes potenciales, y a sus intereses. Como idea a discutir, sugiero que el examen fuese sobre los programas electorales (una vez que éstos fueran documentos serios y vinculantes). Así, sin marginar a nadie, al menos habría unas ciertas garantías de que los votantes saben lo que están votando.

También dejo aquí el link a un artículo que me ha parecido interesante en cuanto a abrir debate sobre las consecuencias de los cambios demográficos.

Quiero aclarar que, con lo arriba expuesto, no pretendo dar una solución concreta, sino exponer la situación y abrir debates sobre distintas alternativas de mejora. Lo hago porque considero que la solución tradicional no me parece suficiente (la de “no les votaré la próxima vez”). Durante su primera legislatura, un político tiene la capacidad de hacer mucho daño a un país, y la próxima vez puede ser tarde. 

Los sistemas de votación.

Según la época, y el país, hay muchos sistemas distintos de hacer las votaciones. 

No puedo ser minucioso en la descripción de todas las alternativas existentes (la haría muy larga), pero basta mencionar que existen los sistemas de democracia directa o representativa (incluso la democracia orgánica), las listas abiertas o cerradas, los de elección por circunscripciones, la regla D´hont, las elecciones a dos vueltas, la disciplina de voto obligatoria o no para los diputados de cada partido, … 

Cada sistema intenta solucionar de una forma distinta el dar acceso a la representatividad, junto con hacer viable la gobernabilidad.

La novedad, no contemplada aún en los sistemas de votación, es Internet. Lo cierto es que, hoy, el voto por internet permite realizar consultas casi inmediatas, sin coste ni molestias para los ciudadanos, para cada asunto sobrevenido y no contemplado en el programa electoral del ganador (¿participamos en una guerra?, ¿activamos un confinamiento?, ¿cambiamos la Constitución?, …). Respecto a cómo digitalizar la democracia, hay estudios interesantes aquí y aquí).

También es cierto que ese voto por internet tiene problemas que se deben solucionar, como la posibilidad de hackeo, o de manipulación de los resultados. Pero esos problemas también existían con el sistema tradicional de recuento en papel, y se solucionaron (nunca a la perfección, pero sí de una forma aceptable). No creo que sea un problema irresoluble. 

Un ejemplo a considerar a estos efectos es la democracia suiza, donde hace tiempo que someten a votación directa muchos aspectos (incluso pequeños) que no se encontraban en el programa electoral del candidato. Es decir, realizan algo parecido a referéndum constante. Para quien esté interesado, aquí hay un resumen del funcionamiento de la democracia directa en Suiza.

La calidad de las democracias.

Es conocido que el que un país se autodefina como democrático no significa que lo sea (como ejemplo, se puede citar a la antigua RDA). Y que la situación democrática, o no, de un país no es un asunto de blanco o negro, si no de muchos grises. 

Me ha llamado la atención el estudio realizado por Freedom House, denominado “Freedom in the world 2022” (se puede ver completo aquí). Por supuesto, se ven obligados a establecer unas reglas para medir la calidad de cada democracia, lo que siempre puede ser discutible, pero aplican un método igual para todos, y los argumentos que exponen son razonables.

Extracto, a continuación, algunos gráficos interesantes de ese estudio.

Aquí dividen el mundo en tres grupos, que son el “free” (democracias sólidas), el “partly free” (democracias discutibles), y el not free (no democracia). Lo hacen en número de países, y en porcentaje de población. El resultado es que, tan sólo el 42 % de los países, y el 20 % de la población mundial está bajo una democracia sólida. No son las mejores noticias.

Es peor noticia el estudio que hacen en el siguiente gráfico de la evolución en el tiempo de las democracias.

El resultado es que cada vez hay más países que empeoran la calidad de su democracia (60 en 2021), y menos que la mejoran (25 en 2021).

Como resumen gráfico de lo que dicen, se puede ver el siguiente mapamundi.


Mi conclusión.

Si queremos que los jóvenes participen del sistema político, y si queremos evitar que otros países, u otras fuerzas, puedan manipular nuestras elecciones, tenemos que redefinir nuestras democracias. Lo cierto es que, hoy, los países democráticos son mucho más vulnerables que las autocracias, lo que es algo que se comprueba al ver cualquier elección en USA o en la Unión Europea.

Desde luego, creo que es un indicativo de lo que digo el encontrarse noticias como la de que una televisión (medio antiguo) intenta contratar a un influencer (medio moderno), como es el caso de Movistar con Ibai Llanos (noticia aquí). Pero eso solo significa que saben que los medios antiguos están perdiendo la capacidad de control de masas.

Eso sí, el proceso de redefinición requerirá mucho estudio y mucho consenso. 

Lo lógico sería intentar encontrar soluciones a los nuevos tiempos con las nuevas herramientas (las digitales), es decir, estudiar la forma de votar muchas más cosas de forma electrónica y dejar menos decisiones arbitrarias a los políticos.

Recomiendo ver o leer.

Acabo la nota con artículos o videos que me han gustado, y que no son exactamente noticias (por lo que no los pongo al principio de la nota), pero están muy relacionados con los temas de estas notas. 

Me parece muy recomendable leerlos o verlos.

  • Arabia Saudí empieza a cambiar su relación con China, fortaleciéndola, claro. Noticia aquí

    No es bueno para el dólar, ni para el suministro de petróleo a nuestro bloque.
  • Blackrock ha publicado su informe “2023 global Outlook” (se puede ver aquí). En su página 11 reconocen que vamos un mundo de bloque de países y que es un cambio de los que no hay desde WWII, es decir, están de acuerdo en que comienza otra onda larga de Kondratiev.
  • Raiffeisen (el banco alemán) va a eliminar el cash para depósitos o retiradas en sus cuentas. Lo hará a partir de enero. Noticia aquí.

    La tendencia será igual para el resto (a otras velocidades). Luego vendrán las CBDC. ¿Seguiremos fiándonos de las monedas fiat?
  • Se ha conseguido la primera fusión nuclear que realmente crea energía (las anteriores consumían más de la que generaban). Noticia aquí (y en mil sitios más).

    Cuando se consiga hacer eso en masa, realmente se habrá acabado el problema energético. Pero falta mucho para eso. Ahora bien, ese es el tiempo que tenemos para amortizar las infraestructuras energéticas que nos toca construir ahora (mucho ojo).
  • He hablado varias veces del cambio climático, y de que cambia siempre, pero lo que realmente quiere la gente es que no cambie, es decir, manipularlo con el conocimiento humano. Ya dije en notas anteriores que los que hablan de pararlo son unos hipócritas, porque no quieren que la naturaleza siga su curso, sino el que ellos prefieren (el no cambiar).

    El caso es que varios amigos me han mandado un link a una conferencia buenísima (gracias, Luis y Carlos). Es éste
  • Aquí explican bastante bien los problemas de disturbios sociales que estamos generando con la crisis económica.
  • En Rusia están teniendo problemas con Yandex, que es su equivalente a Google. Será interesante vigilar cómo evoluciona eso. Desde luego, no es bueno para Putin. Noticia aquí.
  • Aquí hay un buen resumen de quién controla los materiales necesarios para la nueva economía. Como era previsible, gana China. Más nos vale ponernos a trabajar en eso.


Hasta aquí llego por hoy. Continuaré en siguientes notas. 

Os deseo a todos los lectores un muy feliz año 2023 (dentro de lo posible, con el mundo que tenemos).

Si tienes alguna opinión o comentario sobre lo que he escrito, no dudes en enviarme un correo a pgr@pablogonzalez.org.

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