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Pensando 2020

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay en la primavera de 2020, tratando de entender las consecuencias del Covid 19.

Nota 8 – Covid 19

3 mayo 2020

Continúo con las predicciones:

17. Subconsciente social.

Tras Covid 19, hay muchas cosas que se van a quedar en el subconsciente de muchas personas, y que van a afectar a sus decisiones, tanto a las de actuación en su vida, como a sus decisiones políticas.

Esas decisiones tendrán unas consecuencias muy claras hasta el momento en que se acabe la pandemia. Algunas, incluso continuarán en ese subconsciente, aunque en menor grado, mucho tiempo después. Un ejemplo es lo que pasa tras cualquier guerra: la gente quiere la paz, y la gente tiene miedo a volver a la guerra, por lo que aguanta más tonterías como mal menor, y ahorra más como previsión.

Es claro que ese subconsciente de las mayorías es lo que más les importa a los políticos, para adaptarse a él, así como a los empresarios, para conseguir vender su producto.

Cuestiones a considerar en este aspecto son:

  • Miedo al contagio.

    Desde luego, durante un año al menos, serán muchos los que tengan ese miedo. Por ese motivo, van a sufrir los negocios en los que sea necesaria la cercanía física con desconocidos (turismo, hostelería, …). 

    Habrá hueco para los negocios que trabajen con los que no tienen miedo. También para los que inventen nuevas fórmulas. Pero un porcentaje grande de los negocios presenciales antiguos lo van a pasar muy mal.
  • Búsqueda de culpables: xenofobia.

    Aunque no haya un culpable cierto, las masas incultas se encuentran más cómodas identificando uno. Y los políticos les ayudarán en esa tarea (dentro del concepto de bloques geopolíticos y de estados títeres que ya he tratado).

    Por ello, en algunos lugares se promoverá la idea de que el culpable es China, en otros lo será el “capitalismo deshumanizado”, … En general, lo será el “extranjero” (nadie aceptará haber sido él).

    Por ese motivo, los líderes se encargarán de hacer marketing de culpabilidad al extranjero. También al de aquí que no piensa igual (con el nombre de “insolidario”). 

    Eso nos lleva a ampliar los riesgos de racismo, xenofobia, odio entre religiones, y otros que ya hace años que estaban creciendo.

    Esto, mezclado con lo de “amor a la patria” (que también he tratado), acaba en “odio al distinto”. Y es un odio que llegará a las manos, o a las armas.

    Para los políticos es una herramienta fantástica. Les basta con animarlo para conseguir sus votos. Y les da igual tener razón.

    Los empresarios tendrán que adaptarse. Habrá que poner la foto del líder en todas las tiendas, o frases populistas ingeniosas en azulejos y garrotas grandes.

    Las personas distintas tendrán que vivir callados. Que nadie conozca sus sentimientos. Y tendrán que reunirse en locales clandestinos dedicados a los suyos. Eso sí, las tecnológicas les tendrán identificados (habrá que vigilar mucho lo que se escribe en las redes, y las WEB que se visitan).
  • Ahorro.

    Tras la crisis económica que sigue al Covid 19, la mayoría de la gente lo pasará mal en cuestiones de dinero. Y, los que no lo pasen mal tendrán miedo a llegar a ese punto.

    Todo ello lleva a un aumento de ahorro y una disminución de gastos superfluos. Muy malo para las empresas.

18. Afecciones en las empresas.

Serán muchísimas las afecciones de la crisis en todas las empresas. Cada una lo sufrirá a su manera. Pero sí se pueden identificar algunas tendencias generales:

  • Clase social de la clientela.

    Las que vendan a la clase alta no tendrán demasiados problemas. No les afectará (demasiado) el ahorro de sus clientes. Tampoco mucho el miedo al contagio (sus clientes tienen más formación, y su criterio tendrá más base lógica y menos propaganda). Sí les afectará algo la xenofobia, pero eso no es malo para el negocio (sí para la concordia social). Por ejemplo, nos podremos encontrar con bolsos carísimos decorados con el mensaje de “fuck China”.

    Los que vendan a la clase media tendrán grandes problemas. Por la simple razón de que esa clase está en “extinción”.

    Los de la clase baja, incluso pueden mejorar. Es por la misma razón de que sus clientes aumentan (aunque cada uno de ellos esté peor que antes).

  • Cambio de dueños.

    Casi todos los negocios tienen algún activo interesante. Aunque tengan muchas cosas mal hechas (o bien hechas, pero para otros tiempos).

    Por lógica, los negocios que funcionaban bien antes de la crisis eran dirigidos por gente que entendía bien aquel mundo. Esos dirigentes es muy probable que no entiendan bien el nuevo.

    Lo normal es que ocurra un proceso generalizado de “cambio de dueños”. En unos casos será estilo “OPA” (aunque no sean negocios cotizados, un competidor con la liquidez e ideas suficientes se “comprará” la empresa); en otros será por relevo generacional (si el negocio tenía buena estructura, pero los dirigentes se iban quedando anticuados); y en otros por las nacionalizaciones que he comentado arriba. 

    La mayoría de los que no cambien de dueños quebrarán. Habrá excepciones (siempre las hay), pero serán pocas.

  • Adaptación tecnológica.

    Es casi innecesario citarlo, por evidente, pero no por importante. Está muerto ya todo el negocio que no esté adaptado (o no se adapte inmediatamente) a la completa producción y venta por medios tecnológicos. 

    Con la excepción de los pequeños basados en artesanía, bien de lujo (pintar cuadros, …), o bien los destinados a producto local para clase muy baja (los mercadillos de los gitanos, o los productores de agricultura local).

  • Incertidumbre.

    Durante un tiempo (hasta que se acabe el virus, y se defina la “nueva normalidad”) que no será menos de un año, habrá parálisis de inversiones. No sólo por falta de dinero, sino también por indefinición de estrategias de largo plazo de las empresas ante el desconocimiento del nuevo mundo.

    Tras ese momento, que cada uno lo identificará cuando le venga su “visión”, habrá grandes inversiones en “reformulación” de casi todo. El que sea capaz de verlo antes que los demás podrá comprar barato a tiempo (los activos de las empresas hoy quebradas) y gestionar el riesgo del cambio. Hay inmensas oportunidades aquí (con riesgo del mismo tamaño).

19. España (o, ¿Ex – paña?)

Puff. Es duro hablar de esto. Hay mucha indeterminación, y muchos sentimientos. Pero hay que intentarlo.

España es de los países más afectados por la crisis. Tanto en lo sanitario, como en lo económico. Además, dentro de lo económico, sus sectores más importantes van a ser los más duramente afectados (turismo).

Por tanta afección económica, sumada a lo que ya venía pasando, va a haber una gran masa de afectados bajando de clase social. Caldo de cultivo para populismos.

La primera duda en España es decidir en cual de los dos nuevos bloques de países se mete. Y no es nada trivial esto, ni hay nada decidido de antemano. Se equivocan los que piensan que estando en Europa la cosa está clara (Europa no pinta una mierda y nos pueden echar de Europa, por esas cosas del populismo, mezclado con tirar el dinero del rescate). O, incluso nos podemos ir nosotros de Europa voluntariamente (por cosas del populismo, o porque nos hagan una buena oferta).

Para la decisión de en qué bloque caemos, está lo que piensan los poderosos (políticos, o fácticos) de aquí. Pero también está lo que piensan los jefes de cada bloque (¿quién nos quiere en su alineación?).

Creo que al jefe chino o al de USA, de España no le quita cinco minutos de su tiempo su economía, ni sus 47 millones de habitantes (mucho menos la felicidad de estos), tampoco sus empresas. 

Creo que lo único por lo que se acuerdan de que España existe (y mucho) es por lo mismo que ocurría desde los romanos (y antes): Su posición geográfica en el mapamundi, es decir, el Estrecho de Gibraltar.

Además de eso, les puede interesar un poco el negocio turístico del futuro post virus, o algo de la agricultura (¿aceite?), pero lo del Estrecho es lo básico.

Los dos bloques de poder mundiales van a querer controlar (o repartirse) Gibraltar, Suez y Panamá. Porque, aunque la globalización baje, seguirá siendo necesario mover mercancías en barco por el mundo (y portaaviones).

Por eso pienso que les interesamos mucho (a los dos bloques), y que van a pelearse mucho por controlarnos. 

Eso sí, no les importa una mierda lo que pase aquí. Lo que quieren es que nuestro gobierno firme un pacto de vasallaje con el bloque en el que nos metamos, y que demuestre que controla el país (les dá igual dictadura o democracia, y economía o calidad de vida interna).

La importancia es tan alta que puede que el jefe del bloque en el que nos metamos acepte pagarnos a fondo perdido el rescate, con la condición de que ellos controlan el Estrecho. Cosa nada distinta a lo que pasó cuando se creó la colonia de Gibraltar (se pelearon en guerra por nuestro control – eso sí, se pelearon aquí, no allí- y pactaron que las cosas quedasen como quedaron).

Alguien puede pensar que, con la actual colonia de Gibraltar, el Estrecho ya está controlado. Pero eso valía con los medios antiguos (y no del todo). Hoy hace falta todo el sur de España. Y también Marruecos.

Creo que España caerá en el mismo bloque en el que caiga Marruecos, y todo el Sahel. Quien controle eso, navegará por el sur del mediterráneo, y cruzará por el Estrecho (y prohibirá, o pondrá limitaciones a que lo haga alguien del otro bloque).

Les interesamos mucho a los dos bloques. Lo mejor que podríamos hacer es organizar una subasta pública y hacer luego un referéndum (pero no habrá huevos para algo tan transparente).

Me es muy difícil imaginarme cómo acabará el asunto. Si hay que mojarse (y lo hago) diría que por ahora va ganando China (pero 60 – 40 por ciento, no más). 

Si acabamos en el bloque USA habría que solucionar el pago del rescate. Una idea tonta: podemos darles a los alemanes, a cambio del dinero, la soberanía de Mallorca (esto ya se hizo en el pasado con Menorca). Ellos montarían ahí un nuevo Lander y estarían contentos. También lo estarían los mallorquines. Incluso pedirían hacer más Lander otros territorios españoles (pero los alemanes no estarían interesados).

Otra posibilidad sería que el territorio de control chino fuese por el norte del Mediterráneo. Algo así como Eurasia, teniendo a Rusia como el “intercambiador de transporte social” entre China y Europa. Posibilidad que no es incompatible con controlar China también el Sahel. Pero ahí habría fuertes oposiciones por parte de Alemania, Francia, …

Pase lo que pase con nuestro “jefe último”, la vida aquí seguirá basada en turismo, chanchulletes de corrupción entre los gobernantes y sus amigotes, y pleitesía con el Estrecho.

Además, habrá vida cotidiana entre los habitantes del país. Con mucha clase baja (más o menos oprimida).

Un hueco que sí podemos cubrir es el de crear el gran Hub de comunicaciones físicas (vuelos cuando se pueda, que se podrá, infraestructuras, …) del Mediterráneo occidental. Hoy no existe esa megalópolis de 10 millones de habitantes en el sur. Madrid tiene buenas opciones para ello (y a mí me encantaría). Sería tener, para esas comunicaciones, Estambul a un lado, y Madrid al otro (y allá en su frente, … parafraseando muy mal a Zorrilla).

Como se sigue haciendo largo, voy a parar aquí. Aviso que voy acabando (como la cuarentena), pero digo que me falta hablar (al menos) de mis predicciones para criptomonedas, y para el sector inmobiliario (que es en el que creo que puedo decir menos tonterías).

También os digo que uno de los que leen estas notas, además de muchos comentarios inteligentes que agradezco y he intentado absorber, me ha he hecho una crítica que comparto, porque yo la desconocía: parece ser que la Real Academia de la Lengua Española no permite escribir el punto separador de miles cuando las fechas se escriben con números. Es decir, 2.007 está mal, hay que poner 2007. Perdón por tantas erratas que llevo escritas (durante tantos años).

Si tienes alguna opinión o comentario sobre lo que he escrito, no dudes en enviarme un correo a pgr@pablogonzalez.org.

Si quieres usar partes de estos escritos , no hay derechos de autor. Te agradezco si lo difundes (citando esta WEB, por favor).

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