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Pensando 2020

Escrito por Pablo González y Pedro Nonay en la primavera de 2020, tratando de entender las consecuencias del Covid 19.

Nota 6 – covid 19

24 abril 2020

Hay mucho debate (un poco inútil) sobre si Covid 19 ha sido premeditado o no. ¿Fueron los murciélagos como alimento?; ¿fue un escape involuntario del laboratorio de Wuhan?; ¿fue voluntario el mismo escape?; si fue voluntario, ¿lo hicieron los chinos?; ¿lo forzaron los americanos para aparentar que eran los chinos?. Hasta hay quien piensa que lo hicieron los extraterrestres, los Iluminati, designio divino, o un supermalvado de las películas de James Bond. 

En realidad, saber el origen cierto no importa tanto. Por supuesto que estaría bien, pero las consecuencias no cambian mucho. Es como lo de Pearl Harbour (todavía se escriben libros sobre si fue un atentado de falsa bandera para forzar la entrada de USA en WW II). O, como el Maine en Cuba (ya está casi claro lo de la falsa bandera, porque ha pasado el tiempo suficiente). Las consecuencias de los dos ejemplos anteriores fueron mucho más grandes que su diseño original (caso que existiese). Y eso es lo que va a pasar aquí.

Más importante que quien es el culpable, es el analizar cómo lo está utilizando cada parte implicada. 

Las actuaciones que ha decidido aplicar cada parte, mezcladas con las fuerzas de cada uno, y mezcladas con las tendencias previas, de las que ya he hablado, es lo que nos dará el resultado final probable. Y, por desgracia, eso es independiente de si el resultado final es el mejor posible, o no.

¿Qui prodest?.

Es el clásico latino, muy manejado en el mundo judicial, para preguntar ¿a quién beneficia?.

En este caso habría que ampliar el sentido. No se trata de a quién beneficia la situación (encontrar el autor del delito), sino de cómo la está manejándo cada uno para su beneficio propio.

Sería bonito que, ante algo tan gordo como a lo que nos enfrentamos, existiese una especie de camaradería entre las partes para hacer un frente común. Que se coordinaran los países, o los partidos políticos dentro de cada país, o las grandes corporaciones, … . Pero, hay tanto en juego, que, desgraciadamente, puede más la avaricia de cada parte para usar la situación a su favor. En realidad, aunque he dicho “usar”, mejor habría que decir “tratar de usar”, y mejor aún sería decir “perder por avaricia”.

Veo interesante hacer un pequeño repaso de la forma en que usa la situación cada “player”. Lo hago a continuación, pero no me resisto a hacer un inciso: uno de mis amigos es muy contrario a utilizar las palabras “juego”, “player”, y todas las relacionadas. Dice que con las cosas serias no se juega. Yo le digo aquí que así debería ser, pero que, visto cómo actúa la gente importante, o están “jugando”, o son profundos imbéciles (hablo de casi todos).

Aclaro que lo que resumo a continuación es eso: un resumen. Hacer una descripción detallada de la situación en cada caso sería inabordable. Con el resumen busco la “fotografía” relevante de la actitud, que es lo que cuenta para la respuesta de las masas.

China

China ha sido el epicentro de Covid 19. Eso le perjudica en su imagen de “culpable” y merecedor de castigos. 

Pero, China también ha sido (o buscan aparentarlo) el primer lugar en controlar la pandemia. Y lo ha hecho con relativamente pocos daños (aunque sabemos que los datos no son fiables). Eso le beneficia en su imagen de “eficaz”.

La forma de actuar de China ha sido la que su régimen les permite: autoridad fuerte, con medidas severas. El éxito de su actuación debilita el concepto de “libertades individuales”. La renuncia a las mismas, para mejorar la protección, puede ser interesante en la visión de muchos.

China está buscando utilizar la imagen de eficaz, y la de solidaria (con las ayudas a otros países) para reforzar su posición internacional.

Parece que no buscan (todavía) la posición de líder mundial, pero sí quieren debilitar la posición de USA y reforzar la suya.

También se preparan para lo que saben que va a ocurrir en cuanto a desinversiones de otros países en China con el objetivo de “recuperar su producción nacional”. Lo hacen sabiendo que esas desinversiones no pueden ser inmediatas, e intentando reforzar, entretanto, su consumo interno, y sus alianzas con otros países (ruta de la seda con Europa, o control de Africa, p.e.).

Puede funcionarles. Todo dependerá de si USA consigue cargarle grandes costes basados en su teórica culpa (que no veo cómo lo puede hacer). También tienen la herramienta de utilizar su posición como gran tenedor de deuda pública extranjera, lo que no deja de ser, a la vez, un riesgo ante impagos.

Desde luego, China no está orientada a la plena colaboración global. Se ve claro en su forma de no compartir información completa de Covid 19.

USA – Trump (hay otras USA)

Trump está más centrado en su reelección que en el bien de USA. 

Busca fomentar la idea de que China es culpable. 

Mientras tanto, está fomentando el nacionalismo interno. Busca cerrar fronteras (Covid 19 le ha ayudado). También está retirando recursos (y confianza) en organismos globales. Lo hace con distintos argumentos, pero los hechos son que su retirada parcial de la OMS, e incluso de la OTAN, van en la línea de abandonar su posición de líder global y centrarse “en su casa”. Eso le gusta a China, que lo que busca no es sustituirle en el liderazgo global, sino debilitar su posición en el mundo.

Al resto del mundo les dice algo así como: “Yo voy a ir por este camino.  Quien quiera acompañarme, lo puede hacer, pero consideraré alta traición si tiene relaciones con China”. Es decir, parece que quiere cambiar el liderazgo mundial para reconocer un mundo de bloques, y ser el líder de uno de ellos.

Puede que consiga crear esos bloques, y ser líder de uno. Pero es clara su decadencia en el poder político global. Aunque viene de muy arriba, y la decadencia será gradual y lenta.

Desde luego, no está buscando la cooperación global ante amenazas globales.

Wall Street antiguo

Con “Wall Street” quiero referirme al alto poder económico. Y, con antiguo quiero decir lo que parece: los que controlaban (ojo a la conjugación en pasado) Wall Street en el siglo XX (bancos, bancos centrales, petróleo, … ).

Tienen mucha fuerza, pero están en una decadencia irreversible. Nada lejos de quiebra.

No terminan de aceptar que Amazon se podría comprar, casi sin esfuerzo, JP Morgan. Ni que tenga mucha más información que ellos en sus bases de datos.

Intentan defender el chiringuito llamado “capitalismo de amiguetes”.

Su arma casi única es lo de “too big to fail”. En su compadreo con la FED, y sus presiones a los gobiernos vienen a decir: “o me ayudas, o la lío muy gorda con mi quiebra”.

Su objetivo es repetir lo de 2.008: “regálame dinero de ayudas públicas, que ya se lo cobras tu luego a los que pagan los impuestos”. Además, le meten la variante de: “no hace falta que le quites el dinero a tus ciudadanos, basta con que uses la máquina de hacer billetes (en variantes sofisticadas)”, pero eso es sólo un truco cutre, lo cierto es que, al final, la máquina de los billetes generará inflación, y la inflación será un robo a los ciudadanos.

En este caso tienen una excusa casi perfecta: “no ha sido ineficacia mía, ha sido el maldito virus”. En realidad, sus balances ya eran un desastre antes del virus, pero la ocasión les viene al pelo. De hecho, mas de uno dice que tanto confinamiento no era necesario por salud, que han sido ellos los que han presionado a los gobiernos para encontrar su excusa.

No se han dado cuenta del cambio de poder que genera la revolución tecnológica. Son claros perdedores a futuro. Pero, como su poder es muy grande, su caída será muy lenta. Me acuerdo aquí de un chiste de un familiar agricultor en Cuenca, que decía: “la agricultura es la forma más lenta que conozco de arruinarse, eso sí, muy segura”.

Este grupo siempre ha tenido un enfoque de control bastante global (dentro de su ámbito sectorial, pero global en lo territorial).

Walll Street moderno

Aquí me refiero a las grandes tecnológicas. No estrictamente a las americanas del Nasdaq, sino a todas las tecnológicas del mundo.

No son un grupo de poder estructurado y homogéneo (como el Wall Street antiguo), pero tienen sus denominadores comunes y sus canales de comunicación. Ejemplo de ello es el reciente acuerdo entre Apple y Google ante Covid 19, con el que están dando un “golpe de estado suave”, o una demostración de poder.

Lo cierto es que Covid 19 les ha dividido en dos grupos muy diferentes: los beneficiados, y los perjudicados.

Covid 19, no sólo por su influencia directa en el tiempo de pandemia, sino por las tendencias de largo plazo que va a generar, ha perjudicado a muchas tecnológicas. Es el Caso de Uber (hoy no se transporta la gente y mañana van a tener miedo, mejor lo harán en su coche privado), o de WeWork (el mundo de oficinas va a ser muy distinto cuando el teletrabajo se multiplique mucho), o de otras muchas.

Sin embargo, hay otras muy beneficiadas. Amazon es el ejemplo más claro. Y no solo es coyuntural. Una vez que ha convencido a clientes que antes aún compraban en comercio de calle, muchos se quedarán ahí (al menos en parte importante). Netflix es otro caso.

Las corporaciones beneficiadas por Covid 19 del grupo tecnológico están construyendo un inmenso poder fáctico global (ellos sí son globales). Están llegando a mayores cotas de poder que las que tuvieron las energéticas en la revolución industrial. 

Un ejemplo simple es la historia de los grandes poderosos históricos en los aspectos económicos. Siempre es difícil comparar cosas de épocas muy distintas, pero está escrito que la mayor fortuna personal en la historia fue la de Craso (en la Roma antigua). Rockefeller casi llegó a su altura con su control del petróleo, pero no lo consiguió. Jeff Bezos no ha llegado todavía, pero su imperio aún está en crecimiento, y puede conseguirlo. Nota aparte es que la muerte de Rockefeller fue mucho más agradable que la de Craso. Para quien no lo recuerde y no quiera profundizar en Google, le digo que Craso perdió una batalla intentando conquistar Asia (nunca ha sido fácil Asia para los europeos), y le asesinaron obligándole a beber oro líquido como muestra de los problemas de la avaricia.

Parece que hay un cambio de poder claro en el control de los instrumentos de producción globales. Pero estas corporaciones tendrán que lidiar con las fuerzas políticas de cada lugar. Eso sí, ellas tienen más fácil llegar al subconsciente de las masas, porque controlan la información, pero los políticos tienen la censura, y la policía (el monopolio de la violencia).

Poder descentralizado

Muy conectado con la tecnología, pero bastante contrario al concepto de “Wall Street moderno”, tengo que mencionar una tendencia que veo relevante. 

Es la que llaman “organizaciones descentralizadas”. Para muchos será un concepto desconocido. Como explicación, que asustará a más de uno, digo que es la base de las criptomonedas (Bitcoin como primer evangelista).

La idea central en la que se basan estas teorías es que antes no había herramientas de comunicación suficientemente ágiles para la toma de cualquier decisión de gobierno de organizaciones. Pero ahora (siempre tras Internet), sí las hay.

En realidad es un poco como la democracia suiza, que votan continuamente pequeñas decisiones (cambiar el sentido de una calle, y cosas así).

Hoy la tecnología permite la comunicación muy ágil entre todos los afectados por cualquier cosa. Y la eliminación de todo tipo de intermediarios para cualquier cosa, sin necesitar delegar poderes.

Los “creyentes” en esto (uso la palabra creyentes porque, por ahora, se parece más a una religión que a otra cosa realmente aplicada y probada), piensan que no hace falta ningún tipo de organización regional o sectorial. Ellos creen que la gente puede tomar y aplicar sus decisiones sin estructuras.

Sus planteamientos están inspirados en la antigua anarquía, pero utilizando herramientas modernas.

Son muchos más de los que parece los que creen en esto.

Y no es tan imposible. Los algoritmos, blockchain, la democracia llevada al detalle, y otras herramientas, permiten elegir la decisión más aceptada (que no significa que sea la mejor, por lo que subyace el mismo problema de la democracia antigua).

De lo que no se dan cuenta esos “creyentes” es que el resultado final de sus teorías, llevadas a la máxima aplicación, implican todo lo contrario a la verdadera libertad individual. Más bien llevan al máximo la dictadura de la mayoría. 

La idea de fondo es: “¿montamos una administración para organizar lo que sea, o dejamos que la sociedad se organice a su manera?”.

Es paradigmático el ejemplo de Bitcoin. Con su diseño, ningún banco central tiene fuerza para hacer un QE (¿es eso bueno o malo?).

Resulta cierto que, con las comunicaciones que hoy permite la tecnología, podemos consensuar incluso detalles pequeños de cada actividad. Eso sí, si llegamos a ese punto, ¿no seremos una célula más de un organismo grande, aceptando las decisiones del bien común, en lugar de ser seres individuales?. Esto dá mucho que pensar, pero no es una cosa “post Covid 19”, es algo para más tarde, pero muy importante.

Desde luego, esta tendencia sí es global, pero falta mucho para que sea de gran aceptación.

Europa (Bruselas)

Europa lleva décadas intentando construir “sentimiento de comunidad”. Algo han conseguido. Buen ejemplo de ellos son los resultados del programa Erasmus entre los jóvenes.

Pero es muy fuerte el peso de la historia de diferencias. Ejemplo de ellos es la desconfianza entre países que estamos viendo todos los días, que les impide tomar acuerdos para elegir la forma de los rescates financieros.

Mientras tanto, Europa tiene cada vez menos peso en la economía mundial, y eso en el caso de estar unida.

Parece la triste decadencia de una antigua familia rica en la que hace tiempo que nadie trabaja ni recuerda lo dura que es la vida de pobre.

Lo más que puede hacer Europa ante el mundo futuro es intentar buscar una posición de algo de respeto como segundo o tercero invitado a la fiesta de otro. Y eso si mantiene su unidad. Si no lo hace, el poder de cada una de las partes de Europa será completamente irrelevante.

Eso sí, durante mucho tiempo puede seguir siendo el parque temático para los ricos de otros lugares. Nada muy distinto de lo que ha sido Italia los últimos 500 años (su poder global era nulo, pero todo el que se creía alguien tenía que visitarla).

Ya dije antes que el resultado de esta guerra geopolítica es que Europa va a ser el botín del ganador. Y recuerdo aquí que eso es lo que pasó en WWII: Europa se la repartieron entre USA y la URSS.

No veo que las decisiones de Europa cambien nada el juego de fuerzas mundiales en la situación actual. Tan sólo veo que le toca decidir quién es su futuro protector. O, dicho de una forma muy cruel, es como las putas guapas en las que todo el mundo se fija: le toca elegir “chulo”.

Políticos revolucionarios populistas

Aunque la reacción sensata a todo esto sería buscar un gobierno global para problemas globales, dado que el poder local se basa en el apoyo de las masas locales (con, o sin democracia, porque sin el apoyo de las masas el dictador es asesinado, y el presidente democrático pierde las elecciones), el hecho es que estamos ante un terreno abonado para los políticos populistas.

Las masas no entienden lo que pasa pero sí saben que su mundo está cambiando, y no quieren que eso ocurra. Las masas tampoco tienen criterio, solo buscan líderes iluminados a los que seguir.

En todas partes están surgiendo ese tipo de líderes que le dicen a las masas que los van a defender (mentira), y que van a volver al mundo que les gusta (también mentira).

Esta es una fuerza muy grande “antiglobalización”, que se hace más grande aún tras el sufrimiento de las masas, que va a aumentarse cuando sea más clara la crisis económica post Covid 19 (las masas no la ven todavía).

Como el éxito de los líderes populistas (su deseado poder local y calidad de vida personal) depende, no solo del apoyo de las masas, sino también del de alguien relevante en el equilibrio global, esos líderes van a actuar como decía de las putas (van a buscar su “chulo”). 

Habrá muchos gobiernos locales basados en el populismo, apoyados por alguien poderoso a quien le es más fácil “comprar” la pleitesía de ese líder que invadir y controlar el país.

Y lo dicho es de la misma aplicación a los políticos que hablan de ideología (comunismo vs capitalismo, ya que usan idiomas antiguos e ineficaces hoy, pero válidos para su clientela), que a los que hablan de nacionalismo (da igual que sea nacionalismo de países o de regiones).

Una inmensa pena.

Pequeña conclusión

El resultado de todo lo anterior es que no veo que ninguna de las partes tenga una clara fuerza hegemónica sobre el resto para imponer “su verdad”. Tampoco veo que ninguno impulse con fuerza la coordinación entre todos.

Desgraciadamente, tampoco veo que haya ninguna posibilidad de alcanzar lo verdaderamente útil: gobierno global centrado en resolver problemas globales de forma eficaz.

Mezclando todo lo dicho con las tendencias previas comentadas en la nota 2, me parece que estamos abocados a crear, de nuevo, un mundo de equilibrio de poder entre bloques (como ocurrió en la guerra fría).

Esos bloques funcionarán de manera temporal (décadas, o tal vez más), hasta que las masas vean la verdad necesaria de coordinación global.

Pero esos bloques no estarán tan basados en el poder local como en la guerra fría. Habrá una necesaria coordinación oculta con otros poderes (estos sí globales) que controlarán asuntos sectoriales (economía, tecnología, religión, …) muy necesarios para su manipulación de masas. En el fondo, nada nuevo comparado con el pasado.

Por cierto, no he hablado de esos poderes globales sectoriales (caso paradigmático es el de las religiones), porque nada va a cambiar en eso, como mucho, incluso aumentarán su fuerza, cosa contraria a lo que la gente se espera.

Mis predicciones

Al empezar a escribir estas notas, me daba miedo hacerlo. No sabía si sería capaz, ni si le interesarían a nadie. 

Dije al principio que mi objetivo era ordenar mis ideas (para tratar de entender lo que pasa), y compartirlas con amigos que me ayudasen a pensar, e incluso a cambiar mis ideas.

Digo ahora que eso lo he conseguido.  Las conversaciones y mensajes con los amigos tras cada nota me han ayudado mucho. Gracias.

No tengo ni idea de si mis conclusiones tras el estudio son buenas. Pero sí sé que a mí me valen, como un punto de apoyo algo pensado, para tomar mis decisiones personales de futuro.

También digo que he perdido el miedo inicial a escribir. Incluso le he cogido el gustillo. Pero, hay que evitar el exceso para no aburrir. Por ello, creo que ha llegado el momento de ir acabando.

He pensado en cómo acabar estas notas. Lógicamente, tengo muchas dudas. Lo cierto es que no puedo ofrecer ninguna conclusión científica y segura con garantías (yo no las tengo, y tampoco he hecho ese estudio tan científico, aunque sí os digo que he pensado mucho más de lo que he escrito). También es cierto que sí he sacado algunas conclusiones que a mí me convencen, aunque tengan una base poco sólida. Como todos con los que he compartido estas notas sois un poco autores de ellas (vuestras aportaciones han sido muy útiles), no me parece honesto no poner mis conclusiones. Pero, como yo mismo me fio poco de ellas, las pondré, pero os pido que no les deis más importancia de lo que vuestro criterio os diga.

Así que lo siguiente es escribir mis conclusiones, pero eso será en la siguiente nota. Serán pinceladas de lo que va a pasar según mi opinión. Luego intentaré compartir lo que ceo que debemos hacer ante ello.

Continuara, …

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