Pensando 2020
Escrito por Pablo González y Pedro Nonay en la primavera de 2020, tratando de entender las consecuencias del Covid 19.
Nota 7 – Covid 19
28 abril 2020
Dije al final de la nota 6 que me tocaba hablar de predicciones. Y lo haré. Eso sí, aclaro que son basadas en las conclusiones a las que yo he llegado con mi análisis, mi cabeza, y mi información. No hay ninguna garantía de que sean ciertas. Pero yo las voy a usar para mi toma decisiones, al menos hasta que algo me haga cambiar de opinión.
Digo también que las pondré de forma un poco deslavazada. Hacerlo bien requiere mucho tiempo de “marketing comunicacional” que no quiero gastar. Y que no daré mucho más que unas explicaciones someras de la causa por la que llego a cada conclusión, más allá de la exposición de las notas previas (por la misma razón de trabajo necesario en marketing). A fin de cuentas, no pretendo venderle a nadie la bondad de mis conclusiones, sino simplemente exponer las que tengo, y compartirlas con amigos.
Por otra parte, información reciente (a la que me han dirigido, precisamente, mis amigos, la cual es más basada en podcasts que en lecturas, lo que es otro síntoma de cambio de los tiempos) me hace ver que hay bastante gente diciendo cosas muy similares a las que yo digo en estas notas (eso sí, ellos lo dicen con mejor exposición y marketing). Pero, la mayoría de lo que he podido escuchar analiza lo que está pasando y se moja poco en lo que va a pasar. Yo sí me voy a mojar, con el riesgo claro de equivocarme.
Tomad lo anterior como “disclaimer” (jaja).
Pero, antes de pasar a ese punto, quiero hacer un último comentario.
Un poco de optimismo: Kondratiev.
Casi todos mis amigos saben que llevo más de un año muy emocionado con las teorías de los ciclos de onda larga de la economía de Kondratiev. No porque sean nuevas (tienen un siglo), sino porque son de mucha aplicación.
Resumiéndolo de forma burda, Kondratiev fue quien mejor predijo la crisis del 29. Y lo enmarcó en algo periódico, identificando el ritmo y las causas (siempre cambios tecnológicos). Llegó a la conclusión de que, cada 70 años (aproximadamente) la economía cambia drásticamente. Es como que se termina una partida y empieza otra, porque cambian las reglas.
Kondratiev dividió cada uno de los ciclos largos económicos en 4 fases, a los que les puso los nombres de las estaciones del año. Cada ciclo empezaba con la primavera. Muy curioso el que se fue al año agrícola como base, y no al año natural, y curioso que también ese fuera el año natural de los romanos, que empezaba en marzo (mes al que los romanos le pusieron el nombre de su dios principal, que era Marte), aunque eso no es tan raro, porque la economía romana estaba muy cercana a la agricultura. Lo que sí que es, si no curioso, al menos digno de cábalas, es que todo el “follón” actual haya empezado en marzo (¿cosas del destino?).
El caso es que, para Kondratiev, el invierno acababa en desastre económico total. Tras el invierno venía la primavera, donde empezaba a “florecer” el nuevo orden, luego el verano, … Cada una de las estaciones duraba algo más de 20 años. Y, tanto la primavera, como el verano, eran tiempos muy buenos.
Así que, bajo esa teoría, si acabamos pronto con el último invierno de Kondratiev, lo que viene después son más de 40 años buenos.
Eso sí, serán años buenos para quien sepa adaptarse a las nuevas reglas, que es en lo que nos conviene aplicarnos.
Para quien no quiera profundizar en Google sobre las teorías de Kondratiev, pongo abajo uno de los mejores gráficos resumen de ellas que he encontrado. Observad cómo el invierno comienza, para él, con el concepto de preocupación, y termina con el de desesperación (no estamos tan lejos del final). También observad cómo propone inversiones en oro y similares para el invierno, y en mercados y real estate para la primavera (por supuesto, es un resumen que hay que adaptar a los tiempos actuales, pero da una idea).
Por tanto, puede que estemos a punto de “empezar lo bueno”. Eso sí, tenemos que intentar llegar a la playa antes de que se hunda el barco (ya no estamos en el centro del océano, sino a unos kilómetros de la costa, pero no es fácil nadar esos kilómetros, mejor acercarnos un poco más).
El punto delicado es que los economistas expertos en Kondratriev tenían (antes de Covid 19) un casi consenso en que el invierno terminaba en 2.025. Esperemos que ahora piensen que los tiempos se han acelerado.
Mis predicciones
Dicho todo lo anterior, paso a exponer algunas cosas que creo que van a pasar, y que son las que conformarán el escenario del mundo futuro:
Aunque ya he dicho que estarán un poco desordenadas, empezaré con cosas más macro, y luego iré descendiendo, hasta donde llegue.
- Duración Covid 19
Entre las “desescaladas”, y los rebrotes, y hasta que llegue la vacuna, no habrá actividad normal durante, al menos, un año. Me dá igual si esa actividad es de la que yo llamo moderna o antigua. No la habrá.
Por ello, se materializarán las peores previsiones de los economistas. Esas que los políticos y las masas no son capaces de imaginar, y mucho menos de prepararse para ellas.
Será peor que “la salida en L”. Es un fin de ciclo.
- Habrá desglobalización (desgraciadamente).
Pero no será una desglobalización total que lleve a los países casi a la autarquía. Más bien será algo parcial. Algo parecido a lo que ocurrió tras 1.929. En aquel momento las cosas estaban bastante globalizadas (dentro de las capacidades tecnológicas de la época). Tras la crisis, la globalización remitió, pero no volvió a los niveles del siglo anterior. Las clases altas y los negocios principales (petróleo, coches, …) siguieron bastante globalizados.
Relacionado con lo que diré de la geopolítica, esos negocios principales estarán globalizados dentro de los 2 bloques políticos que se están montando.
Los negocios pequeños y medianos sí serán bastante locales.
- Inflación vs deflación.
Al principio evitarán la hiperinflación. Me atrevo a decir que durante un tiempo medido en años, pero muy pocos.
Eso será así porque funcionarán algo los trucos que aplican de ingeniería macrofinanciera. Evitarán que la impresión de moneda (incluida su variante truculenta de decir que la compra por la FED de “junk bonds” no es impresión) active la devaluación de la misma. Pero eso estará muy condicionado a que la velocidad del dinero siga siendo baja. Cuando deje de ocurrir, vendrá la hiperinflación (o algo parecido).
Mientras que la demanda sea inferior a la oferta, las cosas bajarán de precio, como ha pasado con el petróleo. Es decir, devaluación. Pero cuando se vaya estabilizando el equilibrio, se verá la debilidad de la moneda.
Por tanto, podemos tener el dinero en cash, pero no recomiendo hacerlo durante más de un año o dos. Después, perderá su valor. Tampoco nos conviene tener contratos a largo plazo referenciados a esas monedas (o, hay que vigilar mucho los que tengamos, y decidir si toca negociar algún cambio).
- Dólar y Euro
Están muy próximos a su fin. Ocurrirá en cuanto se alcance el equilibrio oferta-demanda que he dicho arriba. Que será el momento en que empiecen a subir los tipos de interés, y en el que también empezará la inflación. Después de ese momento, y basado en toda la “basura” que hay en la deuda global, lo mejor que se les ocurrirá a los que tengan el control es “hacer borrón y cuenta nueva”.
Pasarán a la historia, como el marco de la república de Weimar.
Tenemos ese tiempo (muy pocos años) para ver cómo nos desvinculamos.
No están montadas aún las nuevas monedas. Habrá que estar atento. Mientras tanto, la salida clásica es el oro. También vale tener “cosas”, en lugar de dinero. Me refiero a cosas físicas que le gusten a la gente, lo que dependerá de la inventiva y capacidades de inversión de cada uno.
- Poder económico.
Los nuevos jefes son las tecnológicas. Los bancos antiguos, y sus estructuras asociadas, como energía antigua, telefonía antigua, … desaparecerán (bien por quiebra, o por ser absorbidos por las tecnológicas). Nada distinto de lo que pasó cuando la industria del petróleo anuló el poder de la naviera y los trenes de finales del siglo XIX (Rockefeller y Carnegie contra el Comodoro).
Hay que salir de inversiones y contratos con ese mundo. Conviene hacerlo antes del colapso, lo que estimo en pocos meses.
Eso sí, si el parón por Covid 19 no se alarga demasiado, y no rebrota, el cambio de poder será un poco más lento. Como me ha dicho un amigo en frase afortunada: “derrocar a estos reyezuelos y a sus aristócratas asociados no será tarea elemental”. Todavía tienen poder y se van a intentar defender. Al final perderán, pero la velocidad depende de la profundidad de esta crisis concreta.
En el mundo al que vamos, de la importancia de los datos y de la conectividad, no tienen nada que hacer frente a las tecnológicas.
- Reindustrialización.
No. No estoy de acuerdo en que tenemos que volver a la “industria abandonada”. Es como si en el siglo XIX nos dijeran que había que volver a la agricultura.
Claro que la industria será necesaria. Como lo sigue siendo la agricultura hoy (muchísimo). Pero pasará a ser algo parecido a commodity (como hoy lo es la agricultura). Ya no será la llave de nada. Simplemente será un negocio muy necesario, de márgenes pequeños, reservado a grandes operadores que controlen cada subsector y que ganen su dinero en base a volumen.
Y no será nada importante para el empleo (pese a lo que se empeñan en decir todos), porque la automatización avanzará cada vez más. Es lo mismo que le pasó a la agricultura, que en tiempos antiguos era la mayoría del empleo, y ahora es residual.
Aquí digo que también habrá que cambiar las lecciones de economía tradicionales. Eso de sectores primario, secundario y terciario está obsoleto. En empleo, casi todo será lo que llamaban terciario (servicios), sector al que conviene cambiarle de nombre y subdividirlo en múltiples categorías si queremos que nos dé alguna información útil.
En cuanto a la tan manida “relocalización”, creo que sí habrá bastante de eso, pero no a nivel país, sino a nivel de bloque de geopolítica. Y que la velocidad de implantarlo será mucho más lenta de lo esperado, porque requiere mucha inversión. Hay muchas oportunidades vinculadas a esto.
- Geopolítica.
USA perderá su hegemonía (por eso también lo hará el dólar). China subirá, pero no la sustituirá.
Durante alguna década (una o dos, no más) estaremos en un equilibrio de bloques parecido a la guerra fría. Entre ellos habrá poco comercio y nula coordinación.
Eso obliga a desmontar la infinidad de inversiones cruzadas que hoy existen entre los bloques. Lo que no será inmediato para nada. En esa reorganización hay hueco para muchas quiebras y muchos éxitos.
China tendrá que buscar sus clientes en “su bloque aliado”, así como en el consumo interno. También sus suministros, que es algo que ya tiene casi hecho (al contrario que USA).
USA tendrá que hacer algo parecido. Como tiene ese trabajo más atrasado y la economía muy debilitada, va a sufrir haciéndolo.
Hay un punto relevante en la cantidad de deuda pública de USA, o de sus aliados, que tiene China. Un acuerdo potencial sería algo parecido a que China le dijese a USA: “vale, para evitar problemas, te dejo que no me pagues la deuda tuya que tengo, siempre y cuando tú me traspases la propiedad de todas tus inversiones (y las de la gente de tu bloque aliado) en mi área de influencia”.
A nosotros nos toca saber en qué bloque caerá el país que nos interese (España, u otro), y qué bloque vemos como mejor opción de futuro a largo plazo (ojo, que esto no es tan evidente).
Si no nos gusta donde estamos, habrá que ver la forma de cambiarnos de lugar. Porque la nueva normalidad va para largo.
- Política de los bloques
El bloque Chino cambiará muy poco su forma de actuar, y de hacer política. Tan sólo modificarán un poco el tipo de acuerdos con sus países satélite, a los que no les exigirán que implanten el comunismo, sino que les bastará el vasallaje comercial y la garantía de que el gobierno tiene controladas a las masas.
El otro bloque cambiará mucho. Nada que ver con continuar el capitalismo que conocemos. Cambiará tanto, que no puedo resumirlo aquí. Intento describir los cambios en lo que indico hasta el punto 15.
- Nacionalizaciones
Fuera del bloque Chino, habrá un incremento de nacionalizaciones. Pero no será por causa de integrarse en el comunismo (eso es en el bloque Chino).
Más bien será por dos causas distintas:
- Si hay que poner dinero público en una empresa, ya no va a colar lo de la anterior crisis (lo de hacerlo a fondo perdido). El estado que lo ponga dirá que, o le pagan unos buenos intereses (bien garantizados), o que se considere el poner el dinero como una ampliación de capital, por lo que pasará a ser accionista (relevante, dado que esa empresa en crisis tendrá un valor muy bajo antes de que entre el nuevo dinero). Nada muy distinto del INI franquista.
Quien esté en una empresa de este tipo, tendrá que decidir si le conviene más hacer el Concurso de Acreedores a tiempo, o aceptar ser minoritario en la empresa saneada, sin ser responsable de la carga de la deuda. - Porque el Estado decida que una empresa es demasiado estratégica para el interés nacional. En ese caso estaríamos ante un concepto de expropiación, en el que habrá que discutir, en pleitos de décadas, el concepto de justiprecio.
Quien esté en una empresa estratégica, solo podrá decidir si se lleva directamente mal con el gobierno, y acepta el pleito largo (a ver cómo sale), o si colabora con ellos, pactando algo de calidad de vida durante el pleito, así como “ser bien visto” en el propio pleito (el caso más claro será el de mantener la propiedad de una empresa más pequeña, que tenga como cliente cautivo a la nacionalizada).
- Si hay que poner dinero público en una empresa, ya no va a colar lo de la anterior crisis (lo de hacerlo a fondo perdido). El estado que lo ponga dirá que, o le pagan unos buenos intereses (bien garantizados), o que se considere el poner el dinero como una ampliación de capital, por lo que pasará a ser accionista (relevante, dado que esa empresa en crisis tendrá un valor muy bajo antes de que entre el nuevo dinero). Nada muy distinto del INI franquista.
- En este bloque (no Chino) no habrá nacionalización de ahorros, ni de inversiones particulares. Y los inversores podrán arriesgarse en las bolsas manipuladas, si quieren.
Lo de si se nacionaliza la banca, dependerá de su consideración de sector estratégico (que tendrán tentaciones). Pero no importará mucho, porque la banca que conocemos está muerta. Su lugar, en cuanto a sistema de pagos y depósito de ahorros, lo ocuparán las tecnológicas.
Y, si alguien piensa, que por ser muy estratégicas las tecnológicas (que lo son, y lo serán más), son susceptibles de nacionalización, le digo que no se hará. Esto es porque ellas serán el verdadero poder por encima del Estado. Tendrán un ámbito de trabajo más grande que el estado (todo el bloque de países), y serán las que se encarguen de que toda la máquina funcione, y de dar servicio a la ciudadanía, manteniéndola tranquila, sin que el Estado tenga que preocuparse, y sin que ellas molesten al Estado (fundamentalmente dejándole con su corrupción, y aceptando su censura, que la habrá).
- Economía de Estado.
Sigo con el bloque “no Chino”.
Por razón de las nacionalizaciones del punto anterior, así como por las nuevas empresas que se creen desde cero con el argumento de que ese sector es estratégico, va a existir un fuerte incremento del sector productor público.
De nuevo, nada distinto de la economía franquista.
Por supuesto, y de forma inevitable, eso va a conllevar incremento en la corrupción, así como grandes ineficiencias. Una pena, pero es lo que hay
l hueco para la empresa privada estará reservado a las pocas empresas grandes no estratégicas y a las PYMEs. A ellas las dejarán actuar, siempre que no molesten demasiado, y que acepten la corrupción del gobierno (que será de formas más disimuladas que antiguamente).
Es decir, la economía de mercado estará restringida a la pequeña burguesía, a la que dejarán trabajar para que el sector público no tenga que descender a esas ingratas tareas, que además no sabría hacer bien. Nada muy distinto a lo que ha pasado siempre, incluso en la Edad Media. Existirán los gobernantes, sus aristócratas consentidos, la pequeña burguesía (incluso la mediana), y la masa. Y, por encima de todos ellos, el verdadero poder, que serán las tecnológicas.
Habrá un pequeño grupo de países en los que esto no será así, sino mucho más bonito, pero eso lo trato en el punto 12.
- Libertad, privacidad, justicia, …
Conste que sigo dentro del bloque “no Chino”.
Todos esos conceptos seguirán existiendo de alguna forma. Pero todos ellos bajarán de grado respecto a lo que conocíamos (que no es que fuesen plenos).
Con las excusas de la necesidad de evitar nuevas crisis sanitarias o económicas, van a implantar nuevas formas de control, que se quedarán para siempre.
Es el ejemplo de la vigilancia de nuestros movimientos a través del teléfono, o el de las cosas que compartimos por las redes (ellos lo llamarán bulos desestabilizadores del sistema), …
En realidad, eso ya ocurría, pero la información la tenían las tecnológicas, y ellos la usaban para fomentar su negocio, no para vigilar nuestro activismo político. Ahora la va a tener el gobierno, y la va a usar para sus objetivos. Y las tecnológicas lo aceptarán, porque es la forma en que colaboran para que no les quiten su poder (eso, sí tampoco le dirán al gobierno todo lo que hacen con la información).
En cualquier caso, Covid 19 nos ha dado el ejemplo máximo: ¿no hemos perdido todos nuestra libertad de salir a la calle?. Y lo hemos aceptado por las buenas. Por ahí van a ir los tiros.
De todas formas, la vida será llevadera. Se podrá hacer casi todo, siempre que uno no se meta en líos.
Hay que darse cuenta de que, sin llegar a lo que harán en el otro bloque (el chino), hay un poco de convergencia entre bloques en esto (y en otras muchas cosas). Es como si este bloque se irá cerrando un poco, y el chino abriendo otro poco (que es lo que venía haciendo).
Me llama la atención el que aquí, de nuevo, es un buen ejemplo el antiguo franquismo.
- Desigualdad de clases sociales
Lo primero que hay que decir es que el problema no es tanto la desigualdad, sino el hecho de que la clase baja haya llegado a ser demasiado baja. Si esa clase tuviese un nivel de vida aceptable, no importaría demasiado que la clase alta viviese mucho mejor.
Como ese hecho es el caldo de cultivo para revoluciones y guerras, y como esas situaciones no las quieren los que quieren controlar cada territorio, aplicarán formas de evitarlo (a ver si lo consiguen, porque la guerra es una opción probable, aunque no nos guste a ninguno).
Hay que recordar que a los que “controlan el cotarro” nunca les ha importado la calidad de vida de los de abajo (ni ahora, ni en ningún momento de la historia). Lo que quieren es que les dejen hacer lo suyo. Simplemente. Para ellos, la gente no es más que un estorbo necesario para que su territorio sea explotado (y no me he hecho podemita, es que las verdades son como son).
Distintos lugares aplicarán distintas soluciones a esto:
- Unos, incluso dentro del bloque “no chino”, aplicarán la fuerza bruta. Fuerte estado policial, y que se jodan los que viven mal, pero que no molesten.
- Otros investigarán fórmulas de subsistencia. Es el caso de la famosa renta mínima, junto con un estado policial un poco más suave.
- Y otros, los más afortunados, investigarán fórmulas que permitan que las clases bajas vivan bien para que no se revolucionen. Lo harán profundizando en las líneas de la socialdemocracia de los países nórdicos, pero cambiando las reglas capitalistas en el sentido de restringir los beneficios empresariales y aumentar salarios, así como en el de que la actividad empresarial internalice los costes ambientales y sociales.
Estos serán los lugares donde la vida será más agradable, sin tener que convivir con el sufrimiento. Pero no lo harán por bondad, sino por eficacia a sus objetivos.
Este es el grupo de países al que me refería en el punto 10.
En los otros lugares, la clase alta tendrá que vivir en guetos, para no coincidir con los que lo pasan mal y evitar que les quieran matar.
Elegir este sistema, o los anteriores, dependerá de la apreciación de costes de los poderosos: ¿me resulta más barato organizar las cosas para que los pobres lo sean menos, o me gasto el dinero en policía fuerte?.
- Unos, incluso dentro del bloque “no chino”, aplicarán la fuerza bruta. Fuerte estado policial, y que se jodan los que viven mal, pero que no molesten.
- De todas formas, lo único que interesa a los poderosos de las masas es que: a) muevan la vida diaria del país; b) les dejen hacer a los poderosos sus vidas, y sus negocietes; y c) sean un revulsivo a los deseos de control del país por otros poderosos de otro lugar, es decir, que defiendan su tierra si eso ocurre.
Por ello, sea cual sea el modelo elegido, harán todo lo posible por implantar la cultura de “amor a la patria”. Es decir (y siendo un poco bruto) habrá más ejemplos como el de los lazos amarillos, para que los tontos que viven mal ayuden a los tramposos a ser el mayor ladrón de su lugar, sin que venga otro a sustituirle.
- Populismo
Relacionado con el punto anterior, claramente habrá (ya está habiendo) un gran incremento de regímenes populistas.
Cuando las masas sufren y además son mayoritariamente incultas, y mientras siga habiendo democracia (aunque sea sólo formalmente), la mejor forma de conseguir su voto es con un líder mesiánico. No importa que el líder diga profundas tonterías, lo que importa es que tenga lazos de empatía con las masas.
Ese líder engañará a las masas para conseguir sus votos, y luego hará acuerdos con los poderosos de verdad para cobrar sus inmensas comisiones por el trabajo de tener controlado ese territorio.
No veo que esos líderes sean del estilo de Hitler, o de Lenin. Ellos eran realmente los jefes de su revolución. Más bien los veo del estilo de Perón.
Este será el camino para muchos países del bloque no chino. Sobre todo para los que elijan el segundo camino de los que he dicho en el punto 12. Y, desgraciadamente, funcionará.
Relacionado con esto es el caso de los autócratas. Ellos también conseguirán el poder en base al apoyo de las masas, como mayoría inculta manipulable, pero irán abandonando la democracia sin complejos. Será lo que ocurrirá en los países que he citado como primer caso en el punto 12. Un ejemplo puede ser la actual Turquía.
- Estados títeres
Como he dicho arriba, el poder político geográfico no tendrá más utilidad que controlar a las masas locales y permitir el acceso a los recursos locales (minería, agricultura, mano de obra, …).
Ese poder político no tendrá ninguna capacidad de controlar el poder real, que lo harán las tecnológicas. Tampoco podrán gestionar autarquía local, porque se va a evitar. Habrá autarquía de bloques, pero no local.
Por ello, esos poderes locales estarán “entregados” a las órdenes de los poderes reales. Serán estados títeres.
Esto ocurrirá en casi todos los estados que no sean “cabeza de bloque”. En realidad, hace mucho tiempo que esto era así. Pero ahora va a ocurrir con mayor fuerza y menor disimulo que antes.
- Europa como unión
Basado en todo lo anterior, es claro que Europa no tiene ninguna posibilidad de ser “cabeza de bloque”.
Lo más a lo que puede aspirar es a ser un socio importante de uno de los bloques. Pero en ese caso sería incómodo para el líder de ese bloque, que preferirá manejar las cosas sin socios.
Además, en el reparto entre los bloques ya dije que Europa podría ser el “botín”.
Por ello, a ambos bloques les interesa que Europa esté desunida, y que cada país (o región) tenga su gobierno títere que escoja bloque al que servir (en el sentido de servidumbre).
Por ello, veo muy mal la continuidad de Europa. Sólo podría ocurrir si hay mucha inteligencia y coordinación en sus gobiernos, para venderse juntos un poco más caros y menos serviles al bloque que corresponda. Pero no parece que esa inteligencia y coordinación sea el factor principal de los actuales gobiernos europeos.
- Rebus sic estantibus
Este punto no lo pongo como tendencia, sino como potencial divertimento inteligente.
Si se mantiene, aunque sea formalmente, el estado de derecho y la libertad, que creo que ocurrirá, hay un hueco importantísimo para abogados arriesgados.
Lo cierto es que no hay mayor cambio de circunstancias que el hecho de que un país tome decisiones que modifiquen toda la Ley, como ha sido el caso de eliminar la libertad de movimientos con el confinamiento.
Todos las personas y empresas habían tomado sus decisiones previas (las de vida, las de inversión, las de contratación, …) en base a un marco que ha cambiado completamente por decisión unilateral del gobierno. Por muy justificada que esté esa decisión del gobierno, es claro que se puede invocar la cláusula rebus sic estantibus para anular contratos. Y es claro que se puede identificar un culpable al que pedir indemnizaciones: el estado, que es el que ha cambiado las reglas.
También es claro que a quien se meta en ese lío le van a caer las mayores presiones imaginables.
Como está nota me está saliendo muy larga, la corto aquí, y continuaré más adelante.
Como resumen de los puntos tratados, digo que parece que, en los antiguos países ricos vamos a montar regímenes con algo de libertad para las cosas pequeñas, pero con vasallaje casi medieval para las grandes. No me resisto a poner aquí un extracto de algo que he leído hoy en https://medium.com/new-york-magazine/in-2029-the-internet-will-make-us-act-like-medieval-peasants-96422d3c7155
- “The structure of the internet is headed toward an arrangement the cybersecurity expert Bruce Schneier calls “digital feudalism,” through which the great landlords, platforms like Google and Facebook, “are becoming our feudal lords, and we are becoming their vassals”.